domingo, 23 de febrero de 2014

CAPÍTULO 45


*Narra Michelle*

Ya estábamos a miércoles, justamente en el ecuador de la semana. No sé por qué a las personas les gusta el miércoles, para mí se quedaba muy lejos del viernes. Aparte de que hoy he tenido un par de exámenes que aprobar.
Sophie y Sheila me contaron su nuevo plan, y como yo no quería ser de menos, también iría a hablar con Harry. En verdad, no se les da nada bien mentir y yo no intuyo demasiado mal. Cada vez me parecía más a mi madre. Sophie nls dijo que Harry estaría libre hoy y hemos acordado en tomar algo en alguna parte. Estaba muy claro que al Starbucks no podíamos ir, ya que trabajaba allí, así que iríamos a una cafetería cercana.
Terminé mis deberes y me cambié de ropa porque no pensaba presentarme en chándal.
Me despedí de mis padres y de mis hermanos y salí de casa en dirección a la cafetería, según las indicaciones que me prestaron.
Creo que soy la primera en llegar. Saludé a un camarero que pasaba por allí y pedí una mesa alejada, en el fondo. Por suerte, no había mucha gente. Después entró Sophie y, más tarde, Sheila. Como suponía Harry fue el último en llegar. Ya estábamos los cuatro.
Nos sentamos cada uno a un lado de la mesa y nos sirvieron nuestros cafés. Cuando tomaba café me revolucionaba, así como dato.
-Michelle, no te eches tanto azúcar.
-No pasa absolutamente nada.
-Bueno, chicas, ¿queréis decirme ya lo que pasa?-preguntó Harry, que no paraba que toquetear el móvil.
-Verás, lo que ocurre es que Alex se...
-¡Eh! Lo cuento yo, que fui yo la que ideó el plan, aver si te acuerdas-protestó Sophie.
-Pero tú no te explicas bien.
-¿Y si lo cuento yo que soy muy chistosa y así Harry no le afecta tanto la noticia?
-¡No!-me gritaron las dos al unísono.
-Me voy y cuando lo hayáis decidido me avisáis.
-No. Sheila, dilo tú.
-Mejor dilo tú, perdón.
Les dediqué una mirada amenazante para que una de las dos comenzase de una vez si no les apetecía que Harry se marchase y nos quedásemos las tres solas sentadas como unas bobas.
Finalmente, Sheila aclaró la voz y hablo:
-Lo que ocurre es que Sheila nos reunió el otro día a todas y nos confesó que dentro de unas semanas se mudaba con su padre a Cambridge, pero nosotras no queremos que se vaya y hemos intentado impedirlo.
Minutos después, Sophie continuó:
-Fuimos a convencer a su padre de que no podía hacer eso, pero él no nos escuchó y hemos pensado que tú... podrías ser capaz de solucionar las cosas. ¿Tú que crees?

*Narra Harry*

¿Que qué creo? Simplemente no me lo creía. No puede irse, no ahora. En estos momentos nuestra relación marchaba bien, aunque teníamos qur comentar algunas cosillas muy significativas.
Me sentía un poco destrozado. ¿Era yo la razón por la que se iba? Pues me siento culpable también, y los adjetivos van aumentando por segundos. ¿Por qué no me había contado ella todavía personalmente?
-¿Y qué tengo que hacer?
-No lo sabemos.
-¿Cómo que no lo sabéis?
-Eso lo dejamos en tus manos. Aunque te ayudaremos.
Resoplé. Qué tarea más complicada. ¿Cómo iba a evitar que la chica a la que quería no se alejase de mí sin que ella se de cuenta? Si ella se movía a otra cuidad, la verdad casi nada cambiaría; ya que haría todo lo posible para verla, pero ya las cosad no serían lo mismo. Y tampoco podía permitir perderla de nuevo.
-Si es necesario pedimos consejo a ese tal Will y asunto zanjado.
-No-siempre que mencionaba ese nombre me ponía de los nervios y recordaba esa imagen tan... asquerosa. Así que proseguí:
-Tendré que taladrarme la cabeza para ingeniar algo.
-¡Bien!-las tres me abrazaron de lado.
-¿Estáis seguras de que yo sirvo aquí?
-Pues claro. Eres el único.
-¿Por?
-Vamos Harry. No tr comportes como si vivieses en otro mundo-comentó Michelle guiándome un ojos a la vez que hacía movimientos con las manos como si fuese evidente.
-¿Se me nota mucho?
-Solo un poquito.
-Mmm, demasiado-admitió Sheila.
-La especialidad de Alex es fingir como si nada sucediese, pero haznos caso cuando te decimos que ella también siente algo por ti, aunque no sea consciente.
-Yo no estaría tan convencido.
-Tú el que menos-contestó Sheila en tono sarcástico. Los dos estábamos de acuerdo en que era mentira.
-Bueno, vamos a terminar con nuestros cafés que se van a enfriar.
-Está bien.
Los cuatro continuamos con nuestros respectivos cafés. Ninguno volvió a comentar nada, salvo por alguna broma, pero hoy no era un día de muchas palabras.
-¿Y Emily? Se me hace extraño no verla con vosotras.
Las chicas me miraron fijamente y luego bajaron la cabeza a la mesa. ¿Qué me había perdido?
-¿No te has enterado?
-¿Qué ha pasado?
Esta vez, las tres se miraron entré sí inseguras.
Comenzaron a relatarme la historia. ¡La de cosas que puedes saber en dos horas!
-Zayn es incapaz de hacer eso. Yo mismo lo presencié: no pasó nada. No os preocupéis.
-¿Pero tú no estaría decepcionado de ti mismo? Ahora Emily está muy afligida y no es consciente de lo que dice o de cómo se comporta.
-Entonces hay que encargarse de esto también.
-No, mejor que lo arregle Zayn, dejadle a él-sugerí. Conozco muy bien a Zayn y sé que hará lo que crea conveniente para recuperarla.
>Me tengo que ir, chicas. Me ha encantado estar con vosotras. Ya veré lo que puedo remediar.
Me despedí de las chicas formando un abrazo grupal y me marché de la cafetería.
Seguro que tenía que haber alguna manera para no separarme de Alex.

*Narra Emily*

Acababa de llegar de trabajar. Hoy no he articulado palabra con Alexia. Nos hemos saludado como buenas amigas que somos pero a partir de ahí no hubo otro tema de conversación. Las dos estábamos realmente derrumbadas. Ella estuvo limpiando mesas y yo atendiendo clientes. Tan apenada estaba que las personas habituales que entraban en el Starbucks me preguntaban que qué ocurría. Y yo voy y no les respondo. Aunque se lo agradezco mucho, porque yo creía que solamente mis amigas y mi familia les importaba y en parte, los chicos, pero ya estaba más reformada.
He ido al instituto, a trabajar y excepto esas cosas me he pasado el día en casa. Necesitaba poner en orden mis pensamientos.
Mi madre nos llamó para cenar y yo acepté. No quería preocupar a mis padres, aparte de que ellos no sabían nada del tema y tampoco tenían por qué enterarse de que salgo con un famoso. Para ser más exactos, me había tomado un tiempo con un famoso. Sonaba algo espeluznante. Aunque pasar básicamente un par de días encerrada en casa y deambulando hasta por los rincones de todas las habitaciones había servido. Ya me encontraba completamente bien. Un poco decaída, pero bien.
Hablando de Zayn, no ha parado de mandarme mensaje y sms. Parece desesperado. No le voy a responder, no me da pena. Miento, sí me da pena. Y no lo hago por orgullo, si él considera que está dolido se tendría que imaginar lo que me sucedió a mí hace unos días, cuando vi algo que era preferible no ver.
-Hija, come un poco. Estás muy rara.
-Mamá, ya te he dicho que ya estoy mucho mejor.
Mi madre me cogió de la mano y me observó conmovida. Era mi madre y me mataba verla así, aunque no podía contarle nada, ya que la que mataría aquí sería ella a mí.
-Ya sabes que si tiene algún problema puedes contar conmigo.
-Gracias, mamá. Lo haré-tanto ella como yo había sospechado que no decía la verdad. Lo dejó pasar y continuamos con la comida.
Creo que mi madre me había dado ánimo para seguir adelante y dejar mis absurdas preocupaciones a un segundo plano. No voy a comenter estupideces por Zayn.
Al terminar subí de nuevo hacia mi dormitorio y mi móvil estaba parpadeando, lo que me indicaba que tenía un mensaje y ya me intuía quién podría ser. Había puesto el móvil en silencio porque quería permanecer aislada durante un tiempo, pero no dio resultado. Desbloqueé el aparato y lei detenidamente el mensaje de Zayn recién enviado.
Oh, Dios mío. No es cierto. Iba a venir, a Londres. Eso yo no lo podía permitir, no estaba preparada para hablar con él, ni mirarle a la cara. Simplemente, este hombre va a hacer lo que esté en sus manos para que volviésemos. Si quiere guerra, la va a tener, aunque le siga queriendo desde lo más profundo de mi corazón.



¡Bueeeeeeeeeeeeenas!
Parece que en el próximo cap se avecina pelea, ¿qué pasará? Misterio.
¿Cómo estáis? Espero que muy bien y también espero que os haya gustado este capítulo nuevo. Perdón si hay alguna falta de ortografía, no tengo tiempo para corregir. Yo, la verdad, estoy algo agotada porque aunque no lo parezca tengo que estudiar y un montón de cosas por hacer. Que sepáis que yo los capítulos los escribo en clase y hay veces que me llaman la atención xd.
Bueno, como siempre, intentaré subir de nuevo la próxima semana.
Mi ordenador sigue igual de mal, crucemos los dedos para que se arregle cuanto antes.
Muchímaaaaaaas graaaaaaaaacias a las personas que siguen leyendo mi fic y a las que comentan, aunque no pueda leerlos.
Un besazo a todos, ¡nos vemos!<3

sábado, 15 de febrero de 2014

CAPÍTULO 44


*Narra Sophie*

Llamamos a la puerta de la habitación y esperamos a que se abriera. Lo teníamos todo controlado, ya veréis como conseguimos que Alexia se queda con nosotros, estoy segurísima. Si no, Harry se encargará, que lo sé yo. Por cierto, ¿se lo habrá contado a los chicos?
El padre de Alex entornó la puerta y puso una cara de desorientación, pero luego su cara transmitía enfado. Daba miedo.
-¿Qué hacéis vosotras aquí?
-Ha sido idea nuestra. No eche la culpa a su hija-comenzó Sheila, aunque Michelle la interrumpió diciendo:
-Queremos hablar con usted sobre... por favor, no se marche con Alexia, no puede irse.
-Yo soy su padre, las decisiones las tomo yo.
-Deje que se lo expliquemos.
-Chicas, creo que es mejor irse, no vale la pena.
-Sí, largaos, no tenéis derecho a estar aquí.
-No, es injusto.
-Alex, dile a tus amigas que no tienen nada que hacer. Adiós. Buenas noches.
Cerró la puerta de un portazo. Habíamos perdido nuestra última oportunidad.
-Os lo advertí.
Entramos de nuevo en el ascensor y salimos del hotel.
-Qué mierda.
-Ya.
-No me creo que te vayas a ir.
A continuación, la abracé hasta dejarla sin aliento y Sheila y Sophie se nos unieron. Me encantan ese tipo de abrazos entre mis mejores amigas. Solamente faltaba Emily. En cierta parte, también me entristecía no poder ayudarla.
-Tenemos que aprovechar al máximo los días que nos quedan juntas.
-No, tenemos que aprovecharlos para evitar que te vayas, porque tú tampoco quieres irte.
-Es que vosotras no sabéis lo que cuesta hacer cambiar de opinión a mi padre...
-Yo soy especial, nadie se niega a mi carita de cachorrito.
-Mmm, sí, Michelle. Te favorece un montón.
-Por supuesto.
-Tendrás a unos cuantos chicos babeando por ti.
-¡Qué va! Si el único que babea constantemente es Niall y ni siquiera ella se entera-las tres reímos por el comentario. Además de que era totalmente verdad.
-Uno: no es gracioso y dos: eso es mentira.
-Claro-ironicé-todavía no nos has contado vuestra cita en Nando's. O por qué estuviste un día entero sin contestar al móvil.
Sheila le dio un codazo a Michelle, que se estaba sonrojando cada vez más.
-Porque no es asunto vuestro-se cruzó de brazos.
-Somos capaces de preguntar a tu madre, ya que ella es la mayor fuente de información que se puede obtener.
-No os atreveríais. Ahora, tengo que irme. Ya pensaremos en otro plan mañana.
-Ok. ¡Hasta luego, chicas!
Nos despedimos con otro abrazo y un par de besos muy sonoros.
Comencé a andar hacia mi casa encogida en mi abrigo. No tardé mucho en llegar, porque vivo en el centro o porque el viento me ha arrastado hasta mi hogar, prácticamente, así que no me extraña que se hubiese puesto a llover durante el camino.
Me tiré boca arriba en mi cama. Ha sido una tarde de muchas emociones. Lo único es que habíamos malgastado el tiempo, como ya nos había indicado Alex.
Cogí el móvil de mi bolso y empecé a juguetear con él. Abrí el Whatsapp y le escribí un mensaje a Louis. Le añoraba un poquito. Bueno, quizás demasiado. Miré si había más gente en línea. Acerté, Harry también estaba en línea. Um, Harry...
Pegué un salto debido a lo ocurrencia de mi nueva y brillante idea. ¡Qué lista soy! Alex me lo iba a tener muy agradecido.
-Hola, Harry. ¿Cómo te encuentras?
-¡Hombre! Hola, Sophie. ¿Sabes? Estoy sentado al lado de tu novio.
¿Ya se había enterado de que salíamos? Cómo vuelan las noticias.
-Bien. Vigílamelo en mi lugar.
-Hecho.
-Oye, Harry, ¿estás muy ocupado esta próxima semana?
-Bueeno... ¿por?
-Necesito contarte una cosa superimportante y ultrasecreta.
En esta ocasión no respondió tan rápido. Es más, según el móvil escribía y borraba, así reiteradamente. Le animé para que aceptase:
-Es sobre Alexia, pero tengo que verte en persona si quieres que te lo cuente y prométeme que guardarás el secreto.
-De acuerdo. Te haré un hueco y tranquila, no tienes de qué preocuparte.
-Muchas gracias Harry. Cuento contigo.
-Espero servir de algo.
-Lo harás.
-Todo lo que haga falta por la novia de mi mejor amigo-bromeó acompañado de un emoticono sonriente.
-Es decir, que yo para ti solo soy la novia de tu mejor amigo, muy bonito, eh. Te has ganado una torta cuando nos encontremos.
>Aunque sé que lo haces por Alex-añadí.
-¿Qué tal está?
-Normal-para qué engañarle.
-¡Niños, la cena!-gritó mi madre desde las escaleras.
-Harry, tengo que dejarte. Un besito. ¡Adiós! Y cuida de mi novio.
-Vale, señorita, son cinco libras la hora.
-Jajajaja, idiota. No te basta con todo el dinero que ganas que ahora vas pidiendo.
-Un beso. Adiós-finalizó la conversación con unos emoticonos.
Hoy cené más alegre que de costumbre.
Si alguien podía solucionar esto sin dañar a nadie, ese era Harry.

*Narra Sheila*

Por más que llamase unas ciento millones de veces a Emily, nunca lo cogería. Estaba preocupada por ella y ya no podía ir a su casa a hacerla compañia porque era muy tarde.
De repente, oí que me llegó un Whatsapp, pero no tenía ganas de contestar. Este fin de semana se había convertido en, literalmente, una mierda.
Me puse el pijama, me lavé los dientes, me recosté en mi camita calentita y me relajé con la extraña sensación de que algo iba a cambiar dentro de poco.
                            ...
Maldito despertador, como lo odiaba. Con ese sonidillo son irritable... Pero, bueno, se me hacía imposible levantarme y no sé que haría sin él. Aunque mis padres podrían haberme comprado otro menos irritable.
Hoy era lunes, el comienzo de una nuueva semana. Y lo que era aún más relevante: primer día de exámenes finales en mi instituto, exámenes en que no había preparado. Creo que no había estudiado lo suficiente.
Revisé mis mensajes de ayer por la noche: de mis compañeros de clase, de las chicas, de mi madre preguntándome cómo estaba, deseándome buena suerte y avisándome de que teníamos comida congelada en el frigorífico. Y otro mensaje que me pareció extraño, un Whatsapp de Sophie. Os leo lo que puso:
"Hey, Sheila. Tengo que contarte una cosita. Te va a encantar."
¿Y eso? Decidí responderla antes de vestirme.
-¿Estás visible?
Al rato me vuelve a enviar un mensaje:
-¡Buenos días! ¿Has dormido bien?
-Buenos días-mencioné junto con un emoticono-¿qué es esa cosita que me tienes que contar? Date prisa, tengo que marcharme.
-El caso es que le he pedido a Harry que nos ayude, pero él todavía no sabe en qué nos va a ayudar.
-¡¿Qué?! ¿Por qué lo has hecho?
-Está más que claro que Harry puede arreglar las cosas. Y tú shh, tú tampoco lo deberías saber.
-¿Cómo que no? Hay que decírselo a Alex.
-¿Éstas tonta?
-No, Alex no quería que nadie más se enterase. Es algo confidencial.
-Pero Harry es Harry. Lo hubiera sospechado y se hubiese enterado tarde o temprano.
Suspiré. Creo, y solo creo, que podría sernos útil.
-Te had metido en un lío, aunque mis labios están sellados.
-¡Sí! Tú sigue las órdenes de la profesional.
-Uy, no me vengas pavoneando. Oye, a mí también me gustaría hablar con Harry.
-Vale, no hemos acordado una fecha exacta, pero se alegrará de tenerte allí.
-Okkis. Me voy, Sophie. Luego nos vemos.
Ciao! Buena suerte con los exámenes.
-Gracias. Igualmente.
Dejé el móvil en la mesilla y empecé a vestirme enseguida. Menos mal que mi hermano ya estaba abajo, me había preparado el desayuno y lo único que tenía que hacer era masticar y tragar toda la comida que mis dientes permitían.
Me despedí de mi hermano, salí de casa y corrí directamente hacia la parada de autobús que me llevaría al instituto.
Fiú. Justo a tiempo.
Al parecer, seguían quedando esperanzas.




Hellooooooooooou! ¿Cómo estáis queridos lectores? Espero que os haya gustado este nuevo capítulo. Perdón, ayer se me olvidó subirlo.
Os tengo que contar que tengo un grave problema: hay un virus o algo parecido un mi ordenador y no me deja meterme en blogger, por lo tanto no puedo subir caps desde el ordenador ni visitar otros blogs, por eso pido disculpas a las personas a las que comento en sus blogs, por si les había extrañado. Y ahora os estaréis preguntando: ¿cómo ha subido este capítulo? Pues porque pensé y me descargué la aplicación del móvil, en la que solamente puedo escribir y publicar, nada más. Lo digo para que estéis avisados. Perdón de nuevo si el cap es demasiado corto o si tiene faltas.
Bueno, muuuuuuuuchas graaaacias por leer y por comentar, aunque ya no pueda ver los pocos comentarios que me mandáis.
Un besito muy grande a todos.
¡Nos vemos dentro de una semana!<3

domingo, 9 de febrero de 2014

CAPÍTULO 43


*Narra Emily*

 

*Conversación telefónica.*

 

-¿Qué ocurre?

-Pues necesito que…

-¿Estás trabajando? Dímelo o cojo un vuelo y voy a buscarte.

-No.

Coge las riendas de la conversación. Mantente seria e indiferente. Hazle sufrir, pero ten cuidado, no te pases del límite:

-No quiero verte.

-¿Por? Estás de muy mal humor… Puedo ir a consolarte.

-No bromees. ¿Enserio te comportas como si no hubiese sucedido absolutamente nada? Hay que tener valor.

-No… no te entiendo.

-Y ahora te haces el inocente. ¿No piensas contármelo nunca? ¿Vas a seguir con el juego?

Mi tono de voz se fue elevando cada vez más. No me importaban las chicas de alrededor que entraban y salían del lavabo de señoras. Tenía que quitarme ese peso de encima.

-Emily… No sé de qué me hablas.

-¿Ah, no? Eso será que no me prestas demasiada atención. Estás más pendiente de otras cosas.

-No, no es verdad.

-¿Entonces por qué no me llamaste ayer?

-Te repito que me quedé sin batería.

-Lo tuyo no es inventarte excusas, eh.

-No te miento. Jamás te mentiría.

-Yo no te creo. ¿Dónde estuviste hace unos días?

-He estado viajando de un país a otro para la promoción del nuevo disco. ¿Te convence? Emily, no te enfades por una tontería.

-¿No has tenido ningún descanso?

-Que va.-Estuvo reflexionando.- Bueno, un día fui con los chicos a un pub.

-¿Solo con las chicos?

No contestó. Sabía que le había pillado. Se mantuvo en silencio durante un par de minutos, meditando de nuevo las palabras correctas a mi pregunta.

-¿Qué has visto exactamente?

Resoplé. Como era la única que permanecía en el baño me impulsé para subirme en la encimera del lavabo y me crucé de piernas.

-Te vi a ti… besándote con Perrie.

Eso sonó casi inaudible, no me atrevía a decirlo. Al parecer el sí que lo había escuchado.

-¡¿Qué?!

-Lo que oyes. Pero ya lo he entendido, si quieres que desaparezca, lo haré.

-Emily, se lo han inventado. Es cierto que coincidimos con Little Mix y finalmente nos invitaron a tomar algo. Perrie me pidió que volviésemos, le respondí en un millón de ocasiones con un rotundo no. Además, ella rompió anteriormente conmigo, tú misma lo presenciaste. Yo ya tengo novia, y eres tú, Emily. No hay ninguna otra. Yo no te haría ese tipo de cosas, nunca llegó a besarme.

Me mordí el labio muy nerviosa. Ha confesado de una forma tan fluida que probablemente no me esté engañando del todo. A lo mejor, ya tenía la historia preparada para cuando me llamara.

-No te creo… es que ahora no estoy segura de nada. Me gustaría… en primer lugar, que respetes mi decisión y no hagas que me arrepienta… será mejor que nos tomemos un tiempo. Hasta que aclare mis ideas. Lo siento, Zayn.

Esta vez tardó más en responder. No acababa de creerme lo último que he dicho.

Su respiración era desesperada y agitada. Seguramente no paraba de dar vueltas dondequiera que se encontrase, más histérico que cuando Michelle no conseguía sus galletas preferidas.

-Me duele más a mí que a ti. Yo pensaba que no eras así, que eras diferente y que no me iba a traicionar, pero resultarte ser todo lo contrario.

Comenzaron a resbalarme algunas lágrimas por mi rostro. Y yo que pensaba que las había agotado a lo largo del día.

-Esto no tiene sentido. Al menos déjame que te lo explique en persona.

-No, no hace falta que me visites, no te molestes.

-Por favor…

-Zayn… no compliques las cosas.

-Voy a hacer que cambies de opinión, cueste lo que cueste, lo sabes, ¿no? Porque te quiero y hay una parte en tu interior que también sabe que esa historia o lo que hayas visto es una farsa. Te comprendo.

-Adiós, Zayn. Que te vaya bien.

Colgué antes de que continuase para provocar que me sintiese culpable, lógicamente.

Me sequé mi cara humedecida y salí, por fin, del baño.

Mis amigas me observaron acercarme mientras recogía mis cosas.

-¿Qué tal?

-Me voy.

-¡¿Por?!

-Necesito… necesito estar sola. Si me disculpáis… Hasta luego, chicas. Muchas gracias.

Se despidieron con un gran abrazo, pero ni siquiera las presté atención. Me marché del Starbucks, total, solo que quedaba un cuarto de hora para que terminase mi turno. Mis amigas ya sabían que cuando yo quería estar sola, verdaderamente quería estar sola.

 

*Narra Alexia*

 

Terminamos nuestros respectivos Frappuccinos, las cuatro desanimadas por lo ocurrido con Emily. Sabíamos que lo más preferible era dejarla sola, ya que es una de esas personas que se calla sus sentimientos y preocupaciones para no perjudicar a la gente de su alrededor. Normalmente se le pasa enseguida, pero este asunto la ha hecho polvo.

Ninguna habló, no hacía falta. Tampoco Sheila mencionó una de sus bromas sarcásticas, que es la más consciente, la que hace que nos despertemos y regresemos a la realidad y afrentarnos a lo siguiente.

Si Emily había roto con Zayn el grupo no volvería a ser el mismo. No nos divertiríamos de la misma manera, no como antes. Me imagino a Emily distanciarse, sobretodo de él, entonces acabaríamos separándonos y yo no lo iba a consentir. ¿Pero cómo no lo iba a permitir si dentro de un par de semanas ya no estaré aquí? Si quería solucionar algo, lo mejor era empezar por la parte de impedir que me vaya. Soy yo la que también se distanciaría, eso me destrozaba.

Aunque la idea de las chicas no está nada mal, no iba a salir favorable. Si a mi padre se le mete algo en la cabeza lo retiene ahí adentro y casi nadie le contradice.

-Bueno, ya va siendo hora de irse, ¿no? He acabado mi turno.

-Sí. Próxima parada: convencer al padre de Alex.

-De verdad que no…

-¡Que sí! Vamos a ir y no se discute.

-Puf, vaaale.

-¡Bien!

Las chicas recogieron rápidamente sus cosas. No hay forma de pararlas los pies. Me rendí y agarré mi bolso, no sin antes comprar una magdalena a Michelle.

Nos dirigimos hacia el hotel donde se hospedaba mi padre. Me temblaban y me sudaban las manos. Nunca nada me había importando tanto. Además, yo tampoco quería quedarme quieta. Quería solucionar las cosas con mis padres.

Llegamos al hotel después de un largo rato, porque no conocía todos los hoteles de la cuidad y no traíamos un mapa. Entramos a recepción.

-Buenas noches, ¿sabe dónde se aloja el señor John Miller?

-Espere un momento, por favor-consultó algunos papeles en su ordenador-. Habitación 236.

-De acuerdo, muchas gracias.

-A usted.

Me reuní con mis amigas, que estaban aguardando en la entrada del hotel, en el que había bombones.

Les conté la información que me proporcionó el recepcionista y aunque se lo volviese a negar, las cinco subimos en el ascensor en dirección a la habitación.



¡Bueeeeeeeeeeeeeeeeeenas! Cuánto tiempo sin veros. ¿Como estáis? Espero que os haya gustado el nuevo capítulo, aunque creo que es un pelín corto pero supongo que no os importará. Y perdón por la tardanza, pero es que no saco tiempo para escribir.
Subiré la próxima semana, como siempre, al menos lo voy a intentar.
Muchaaaaaaaaaaaaaas graaaacias por leer y por comentar, os lo agradezco mucho mucho.
Me voy ya que tengo unas cuantas cosas que hacer.
¡Nos vemos! ¡Un besazo muuuy grande!
PD. ¡FEEEEEEEEEEEELICIDAAADES RETRASAADAS HAZZA! Loooooof ya<3