domingo, 9 de febrero de 2014

CAPÍTULO 43


*Narra Emily*

 

*Conversación telefónica.*

 

-¿Qué ocurre?

-Pues necesito que…

-¿Estás trabajando? Dímelo o cojo un vuelo y voy a buscarte.

-No.

Coge las riendas de la conversación. Mantente seria e indiferente. Hazle sufrir, pero ten cuidado, no te pases del límite:

-No quiero verte.

-¿Por? Estás de muy mal humor… Puedo ir a consolarte.

-No bromees. ¿Enserio te comportas como si no hubiese sucedido absolutamente nada? Hay que tener valor.

-No… no te entiendo.

-Y ahora te haces el inocente. ¿No piensas contármelo nunca? ¿Vas a seguir con el juego?

Mi tono de voz se fue elevando cada vez más. No me importaban las chicas de alrededor que entraban y salían del lavabo de señoras. Tenía que quitarme ese peso de encima.

-Emily… No sé de qué me hablas.

-¿Ah, no? Eso será que no me prestas demasiada atención. Estás más pendiente de otras cosas.

-No, no es verdad.

-¿Entonces por qué no me llamaste ayer?

-Te repito que me quedé sin batería.

-Lo tuyo no es inventarte excusas, eh.

-No te miento. Jamás te mentiría.

-Yo no te creo. ¿Dónde estuviste hace unos días?

-He estado viajando de un país a otro para la promoción del nuevo disco. ¿Te convence? Emily, no te enfades por una tontería.

-¿No has tenido ningún descanso?

-Que va.-Estuvo reflexionando.- Bueno, un día fui con los chicos a un pub.

-¿Solo con las chicos?

No contestó. Sabía que le había pillado. Se mantuvo en silencio durante un par de minutos, meditando de nuevo las palabras correctas a mi pregunta.

-¿Qué has visto exactamente?

Resoplé. Como era la única que permanecía en el baño me impulsé para subirme en la encimera del lavabo y me crucé de piernas.

-Te vi a ti… besándote con Perrie.

Eso sonó casi inaudible, no me atrevía a decirlo. Al parecer el sí que lo había escuchado.

-¡¿Qué?!

-Lo que oyes. Pero ya lo he entendido, si quieres que desaparezca, lo haré.

-Emily, se lo han inventado. Es cierto que coincidimos con Little Mix y finalmente nos invitaron a tomar algo. Perrie me pidió que volviésemos, le respondí en un millón de ocasiones con un rotundo no. Además, ella rompió anteriormente conmigo, tú misma lo presenciaste. Yo ya tengo novia, y eres tú, Emily. No hay ninguna otra. Yo no te haría ese tipo de cosas, nunca llegó a besarme.

Me mordí el labio muy nerviosa. Ha confesado de una forma tan fluida que probablemente no me esté engañando del todo. A lo mejor, ya tenía la historia preparada para cuando me llamara.

-No te creo… es que ahora no estoy segura de nada. Me gustaría… en primer lugar, que respetes mi decisión y no hagas que me arrepienta… será mejor que nos tomemos un tiempo. Hasta que aclare mis ideas. Lo siento, Zayn.

Esta vez tardó más en responder. No acababa de creerme lo último que he dicho.

Su respiración era desesperada y agitada. Seguramente no paraba de dar vueltas dondequiera que se encontrase, más histérico que cuando Michelle no conseguía sus galletas preferidas.

-Me duele más a mí que a ti. Yo pensaba que no eras así, que eras diferente y que no me iba a traicionar, pero resultarte ser todo lo contrario.

Comenzaron a resbalarme algunas lágrimas por mi rostro. Y yo que pensaba que las había agotado a lo largo del día.

-Esto no tiene sentido. Al menos déjame que te lo explique en persona.

-No, no hace falta que me visites, no te molestes.

-Por favor…

-Zayn… no compliques las cosas.

-Voy a hacer que cambies de opinión, cueste lo que cueste, lo sabes, ¿no? Porque te quiero y hay una parte en tu interior que también sabe que esa historia o lo que hayas visto es una farsa. Te comprendo.

-Adiós, Zayn. Que te vaya bien.

Colgué antes de que continuase para provocar que me sintiese culpable, lógicamente.

Me sequé mi cara humedecida y salí, por fin, del baño.

Mis amigas me observaron acercarme mientras recogía mis cosas.

-¿Qué tal?

-Me voy.

-¡¿Por?!

-Necesito… necesito estar sola. Si me disculpáis… Hasta luego, chicas. Muchas gracias.

Se despidieron con un gran abrazo, pero ni siquiera las presté atención. Me marché del Starbucks, total, solo que quedaba un cuarto de hora para que terminase mi turno. Mis amigas ya sabían que cuando yo quería estar sola, verdaderamente quería estar sola.

 

*Narra Alexia*

 

Terminamos nuestros respectivos Frappuccinos, las cuatro desanimadas por lo ocurrido con Emily. Sabíamos que lo más preferible era dejarla sola, ya que es una de esas personas que se calla sus sentimientos y preocupaciones para no perjudicar a la gente de su alrededor. Normalmente se le pasa enseguida, pero este asunto la ha hecho polvo.

Ninguna habló, no hacía falta. Tampoco Sheila mencionó una de sus bromas sarcásticas, que es la más consciente, la que hace que nos despertemos y regresemos a la realidad y afrentarnos a lo siguiente.

Si Emily había roto con Zayn el grupo no volvería a ser el mismo. No nos divertiríamos de la misma manera, no como antes. Me imagino a Emily distanciarse, sobretodo de él, entonces acabaríamos separándonos y yo no lo iba a consentir. ¿Pero cómo no lo iba a permitir si dentro de un par de semanas ya no estaré aquí? Si quería solucionar algo, lo mejor era empezar por la parte de impedir que me vaya. Soy yo la que también se distanciaría, eso me destrozaba.

Aunque la idea de las chicas no está nada mal, no iba a salir favorable. Si a mi padre se le mete algo en la cabeza lo retiene ahí adentro y casi nadie le contradice.

-Bueno, ya va siendo hora de irse, ¿no? He acabado mi turno.

-Sí. Próxima parada: convencer al padre de Alex.

-De verdad que no…

-¡Que sí! Vamos a ir y no se discute.

-Puf, vaaale.

-¡Bien!

Las chicas recogieron rápidamente sus cosas. No hay forma de pararlas los pies. Me rendí y agarré mi bolso, no sin antes comprar una magdalena a Michelle.

Nos dirigimos hacia el hotel donde se hospedaba mi padre. Me temblaban y me sudaban las manos. Nunca nada me había importando tanto. Además, yo tampoco quería quedarme quieta. Quería solucionar las cosas con mis padres.

Llegamos al hotel después de un largo rato, porque no conocía todos los hoteles de la cuidad y no traíamos un mapa. Entramos a recepción.

-Buenas noches, ¿sabe dónde se aloja el señor John Miller?

-Espere un momento, por favor-consultó algunos papeles en su ordenador-. Habitación 236.

-De acuerdo, muchas gracias.

-A usted.

Me reuní con mis amigas, que estaban aguardando en la entrada del hotel, en el que había bombones.

Les conté la información que me proporcionó el recepcionista y aunque se lo volviese a negar, las cinco subimos en el ascensor en dirección a la habitación.



¡Bueeeeeeeeeeeeeeeeeenas! Cuánto tiempo sin veros. ¿Como estáis? Espero que os haya gustado el nuevo capítulo, aunque creo que es un pelín corto pero supongo que no os importará. Y perdón por la tardanza, pero es que no saco tiempo para escribir.
Subiré la próxima semana, como siempre, al menos lo voy a intentar.
Muchaaaaaaaaaaaaaas graaaacias por leer y por comentar, os lo agradezco mucho mucho.
Me voy ya que tengo unas cuantas cosas que hacer.
¡Nos vemos! ¡Un besazo muuuy grande!
PD. ¡FEEEEEEEEEEEELICIDAAADES RETRASAADAS HAZZA! Loooooof ya<3

1 comentario:

  1. MAS, MAS, MAS, MAS.....
    Besos:)
    ps: por si no te has dado cuenta ME ENCANTA!!!!

    ResponderEliminar