*Narra Emily*
*Conversación
telefónica.*
-¿Qué ocurre?
-Pues necesito que…
-¿Estás trabajando?
Dímelo o cojo un vuelo y voy a buscarte.
-No.
Coge las riendas de la
conversación. Mantente seria e indiferente. Hazle sufrir, pero ten cuidado, no
te pases del límite:
-No quiero verte.
-¿Por? Estás de muy mal
humor… Puedo ir a consolarte.
-No bromees. ¿Enserio
te comportas como si no hubiese sucedido absolutamente nada? Hay que tener
valor.
-No… no te entiendo.
-Y ahora te haces el
inocente. ¿No piensas contármelo nunca? ¿Vas a seguir con el juego?
Mi tono de voz se fue
elevando cada vez más. No me importaban las chicas de alrededor que entraban y
salían del lavabo de señoras. Tenía que quitarme ese peso de encima.
-Emily… No sé de qué me
hablas.
-¿Ah, no? Eso será que
no me prestas demasiada atención. Estás más pendiente de otras cosas.
-No, no es verdad.
-¿Entonces por qué no
me llamaste ayer?
-Te repito que me quedé
sin batería.
-Lo tuyo no es
inventarte excusas, eh.
-No te miento. Jamás te
mentiría.
-Yo no te creo. ¿Dónde
estuviste hace unos días?
-He estado viajando de
un país a otro para la promoción del nuevo disco. ¿Te convence? Emily, no te
enfades por una tontería.
-¿No has tenido ningún
descanso?
-Que va.-Estuvo
reflexionando.- Bueno, un día fui con los chicos a un pub.
-¿Solo con las chicos?
No contestó. Sabía que
le había pillado. Se mantuvo en silencio durante un par de minutos, meditando
de nuevo las palabras correctas a mi pregunta.
-¿Qué has visto
exactamente?
Resoplé. Como era la
única que permanecía en el baño me impulsé para subirme en la encimera del
lavabo y me crucé de piernas.
-Te vi a ti… besándote
con Perrie.
Eso sonó casi
inaudible, no me atrevía a decirlo. Al parecer el sí que lo había escuchado.
-¡¿Qué?!
-Lo que oyes. Pero ya
lo he entendido, si quieres que desaparezca, lo haré.
-Emily, se lo han
inventado. Es cierto que coincidimos con Little Mix y finalmente nos invitaron
a tomar algo. Perrie me pidió que volviésemos, le respondí en un millón de
ocasiones con un rotundo no. Además, ella rompió anteriormente conmigo, tú
misma lo presenciaste. Yo ya tengo novia, y eres tú, Emily. No hay ninguna
otra. Yo no te haría ese tipo de cosas, nunca llegó a besarme.
Me mordí el labio muy
nerviosa. Ha confesado de una forma tan fluida que probablemente no me esté
engañando del todo. A lo mejor, ya tenía la historia preparada para cuando me
llamara.
-No te creo… es que
ahora no estoy segura de nada. Me gustaría… en primer lugar, que respetes mi
decisión y no hagas que me arrepienta… será mejor que nos tomemos un tiempo.
Hasta que aclare mis ideas. Lo siento, Zayn.
Esta vez tardó más en
responder. No acababa de creerme lo último que he dicho.
Su respiración era
desesperada y agitada. Seguramente no paraba de dar vueltas dondequiera que se
encontrase, más histérico que cuando Michelle no conseguía sus galletas
preferidas.
-Me duele más a mí que
a ti. Yo pensaba que no eras así, que eras diferente y que no me iba a
traicionar, pero resultarte ser todo lo contrario.
Comenzaron a resbalarme
algunas lágrimas por mi rostro. Y yo que pensaba que las había agotado a lo
largo del día.
-Esto no tiene sentido.
Al menos déjame que te lo explique en persona.
-No, no hace falta que
me visites, no te molestes.
-Por favor…
-Zayn… no compliques
las cosas.
-Voy a hacer que
cambies de opinión, cueste lo que cueste, lo sabes, ¿no? Porque te quiero y hay
una parte en tu interior que también sabe que esa historia o lo que hayas visto
es una farsa. Te comprendo.
-Adiós, Zayn. Que te
vaya bien.
Colgué antes de que
continuase para provocar que me sintiese culpable, lógicamente.
Me sequé mi cara
humedecida y salí, por fin, del baño.
Mis amigas me
observaron acercarme mientras recogía mis cosas.
-¿Qué tal?
-Me voy.
-¡¿Por?!
-Necesito… necesito
estar sola. Si me disculpáis… Hasta luego, chicas. Muchas gracias.
Se despidieron con un
gran abrazo, pero ni siquiera las presté atención. Me marché del Starbucks,
total, solo que quedaba un cuarto de hora para que terminase mi turno. Mis
amigas ya sabían que cuando yo quería estar sola, verdaderamente quería estar
sola.
*Narra Alexia*
Terminamos nuestros
respectivos Frappuccinos, las cuatro desanimadas por lo ocurrido con Emily.
Sabíamos que lo más preferible era dejarla sola, ya que es una de esas personas
que se calla sus sentimientos y preocupaciones para no perjudicar a la gente de
su alrededor. Normalmente se le pasa enseguida, pero este asunto la ha hecho
polvo.
Ninguna habló, no hacía
falta. Tampoco Sheila mencionó una de sus bromas sarcásticas, que es la más
consciente, la que hace que nos despertemos y regresemos a la realidad y
afrentarnos a lo siguiente.
Si Emily había roto con
Zayn el grupo no volvería a ser el mismo. No nos divertiríamos de la misma
manera, no como antes. Me imagino a Emily distanciarse, sobretodo de él,
entonces acabaríamos separándonos y yo no lo iba a consentir. ¿Pero cómo no lo
iba a permitir si dentro de un par de semanas ya no estaré aquí? Si quería
solucionar algo, lo mejor era empezar por la parte de impedir que me vaya. Soy
yo la que también se distanciaría, eso me destrozaba.
Aunque la idea de las
chicas no está nada mal, no iba a salir favorable. Si a mi padre se le mete
algo en la cabeza lo retiene ahí adentro y casi nadie le contradice.
-Bueno, ya va siendo
hora de irse, ¿no? He acabado mi turno.
-Sí. Próxima parada:
convencer al padre de Alex.
-De verdad que no…
-¡Que sí! Vamos a ir y
no se discute.
-Puf, vaaale.
-¡Bien!
Las chicas recogieron rápidamente
sus cosas. No hay forma de pararlas los pies. Me rendí y agarré mi bolso, no
sin antes comprar una magdalena a Michelle.
Nos dirigimos hacia el
hotel donde se hospedaba mi padre. Me temblaban y me sudaban las manos. Nunca
nada me había importando tanto. Además, yo tampoco quería quedarme quieta.
Quería solucionar las cosas con mis padres.
Llegamos al hotel
después de un largo rato, porque no conocía todos los hoteles de la cuidad y no
traíamos un mapa. Entramos a recepción.
-Buenas noches, ¿sabe
dónde se aloja el señor John Miller?
-Espere un momento, por
favor-consultó algunos papeles en su ordenador-. Habitación 236.
-De acuerdo, muchas
gracias.
-A usted.
Me reuní con mis
amigas, que estaban aguardando en la entrada del hotel, en el que había bombones.
Les conté la
información que me proporcionó el recepcionista y aunque se lo volviese a
negar, las cinco subimos en el ascensor en dirección a la habitación.
¡Bueeeeeeeeeeeeeeeeeenas! Cuánto tiempo sin veros. ¿Como estáis? Espero que os haya gustado el nuevo capítulo, aunque creo que es un pelín corto pero supongo que no os importará. Y perdón por la tardanza, pero es que no saco tiempo para escribir.
Subiré la próxima semana, como siempre, al menos lo voy a intentar.
Muchaaaaaaaaaaaaaas graaaacias por leer y por comentar, os lo agradezco mucho mucho.
Me voy ya que tengo unas cuantas cosas que hacer.
¡Nos vemos! ¡Un besazo muuuy grande!
PD. ¡FEEEEEEEEEEEELICIDAAADES RETRASAADAS HAZZA! Loooooof ya<3
MAS, MAS, MAS, MAS.....
ResponderEliminarBesos:)
ps: por si no te has dado cuenta ME ENCANTA!!!!