domingo, 26 de enero de 2014

CAPÍTULO 42


 

*Narra Emily*

 

Según el despertador que producía sonidos irritantes sobre la mesilla de la habitación de Sheila, ya eran las diez de la mañana.

Descubrí que Sheila no estaba en su cama, ya que no había nadie más en el cuarto y se escuchaban ruidos procedentes de la primera planta.

Me froté los ojos y me levanté.

Bajé las escaleras, me dirigí hacia la cocina y me encontré a Sheila y a su hermano preparando el desayuno.

-Buenos días. Mmm, qué bien huele. Buenos días, Tom.

-Buenos días, Emily.-Comentó un poco desorientado llevándose su desayuno consigo arriba.

-Buenos días, preciosa.

-¿Preciosa? ¿Has visto mi que pelo más enmarañado? Por cierto, gracias por el pijama.

-Ahora te presto un peine. No hay de qué.

Se sirvió el desayuno y realizó semejante proceso con el mío.

-¿Qué tal has dormido?-Prosiguió.

-Muy bien. El colchón era bastante blandito.

Si os soy sincera, todo lo que he podido. Creo que las ojeras se han ido instalando en mi cara conforme iba trascurriendo la noche, así que prefiero no mirarme en el espejo. Perdí la cuenta de las veces en las que me desvelé, por no comentar que no conseguí reconciliar el sueño hasta muy tarde.

Tuve que beberme un bajo de agua en mitad de la noche, que lavé con cautela sin molestar a Sheila, no quería causar problemas y fingir que estaba bien era lo mínimo, aunque sí que me encontraba más recompuesta que ayer.

Si estoy despierta pienso en él, si estoy dormida, pienso en él. Mejor dicho, fantaseo con él. ¿Cómo es posible echar tanto de menos a una persona? ¿Me importa tanto que necesito tenerle junto a mí cada minuto que pase? Cuando recuerdo lo sucedido, siento que le odio y que soy tonta sin entender por qué me hace sufrir de tal manera, y no quiero volver a verle la cara jamás. Bueno, eso va a ser muy complicado. Pero luego me detengo a pensar en el poco tiempo que llevamos saliendo y las pocas e inolvidables cosas que hemos vivido juntos en estas semanas. No había experimento esa sensación esa sensación nunca. Con nadie. Entonces, en ese momento, me siento feliz. Me apetece estar con él durante el resto de mi vida, abrazados el uno al otro siendo una pareja sin preocupaciones. Él me hace sentir la protagonista de esta historia. Me hace sentir me valore  todo lo que me ha ocurrido a lo largo de estos años. Me hace sentir satisfecha conmigo misma, con mis defectos y con mis cualidades. Me hace sentir un terremoto en el estómago cuando me besa.  Me hace sentir ser la única, la única chica en el mundo a su lado, como si solo existiésemos nosotros dos. Si sentís eso por una persona, eso es amor.

 Así que muy especial tengo que ser yo para enamorarme de un famoso al que le pueden ocurrir cosas inimaginables, y yo estaría involucrada. ¿Os habéis fijado en lo que acabo de escribir? Enamorarme. Pues sí. Esa palabra que contiene infinidad de significados dependiendo de la persona que lo expresa y muy fuerte si se percibe de verdad. ¿No creéis?

Ahora quiero llamarle, hablar con él… No, no y no. Otra vez con lo mismo.

Está claro que me he enamorado de un chico que, finalmente, no ha sido correspondido.

Es que ya no somos novios, ¿no? ¿Es necesario llamarle? ¿Decirle que le dejo por la que he visto en esa revista? Si yo no lo hago, tarde o temprano lo hará él. Sí, así podré olvidarme definitivamente de él.

Me había propuesto no saber nada de él, pero es una buena idea. Además, se lo merece. Se lo tiene bien merecido. Que se quede con su Perrie, yo ya encontraré al chico ideal.

Pasar de página. Esa es mi prioridad. Pero antes habrá que hacer una llamada.

 

*Narra Alexia*

 

Mi padre permaneció en casa hasta la madrugada, me imagino dando portazos en la puerta e incluso gritando como un loco. Ha desatado la faceta malhumorada de mi padre. Me es insignificante. Mientras, yo intentaba relajarme escuchando música lenta y triste, evitando a One Direction.

No he salido en todo el día de mi habitación, salvo para desayunar.

Por suerte, mi padre no estaba abajo, se habrá largado al hotel a descansar. ¿Es por eso por lo que vino desde Cambridge? Podría haberme avisado antes, creo que nos hubiésemos ahorrado un fragmento de la pelea.

Mi madre me ha contado que cuando acabe los exámenes del primer trimestre y comiencen las vacaciones de Navidad, me mudaré, así podré aprovechar y despedirme de mis amigas, disfrutar de los días que me quedan y bla, bla, bla. No hice caso, en algunas partes sí porque se notan que iban enserio. La primera vez que se ponen de acuerdo en un asunto. Algo esconden. Tampoco comprendo a mi madre, siempre andaba por la casa diciendo que los chicos cantaban genial y eran muy graciosos.

Tenía que impedir mudarme de aquí y sabía perfectamente que encerrándome en mi habitación no iba a llegar a ningún acuerdo, pero era una buena causa, si este fin de semana no estudiaba fijo que suspendía una asignatura, como mínimo. Y si no quería irme de Londres me venía conveniente aprobar.

Por el momento, me quedaré estudiando y después les comunicaré la mala noticia a mis amigas. Seguro que ellas me van a servir de gran ayuda y harán todo lo que esté en sus manos para que no me mueva a otra ciudad.

*Narra Michelle*

 

Alex nos llamó, al menos a mí. Me decía que pretendía quedar esta tarde en el Starbucks donde trabaja, tenía que contarme algo muy relevante. Y como Emily también traba allí, creo que las cinco vamos a coincidir, pero antes voy a saborear este riquísimo yogurt de chocolate que mi madre me ha comprado.

¿Y no os he comentado ya que no he parado de hablar con Niall por medio de mensajes? No os miento, desde lo del beso hemos permanecido más en contacto, aunque ninguno haya sacado el tema.

En sus ratos libres, me escribía. Nos podíamos pasar mucho tiempo escribiendo, con él los minutos corrían velozmente.

A veces dejaba que mi madre hablase con Niall. Sí, habéis leído bien: mi madre. Hubo un día de esta semana en el que estaba estudiando mientras escribía a Niall. No conseguía concentrarme y mi madre lo intuyó. Casi me confisca el móvil si no hubiese confesado con quién hablaba. Como ella es la mujer más curiosa de planeta Tierra, lo confesé. Ahora mi madre no hace más que mencionar lo simpático/ chistoso/ ameno/ tierno/ buen chico que es Niall. Peor que cuando le cogió cariño a Jake. No tuve más remedio que dejarle mi móvil, ya que ella no comprendía el funcionamiento de las redes sociales y su móvil era de esos del tamaño de un ladrillo y que abultaban más que tu mano.

Parecía obsesionado con él, de modo que entre ambas había un cambio de papeles: yo soy la madre casada y responsable que lo hace todo al dedillo y ella la adolescente alocada interesada en miles de chicos.

Pero bueno, sigue siendo mi madre y estoy convencida de que quiero mucho a mi padre. Además, los chicos jóvenes no son su tipo. Por eso lo ‘reserva’ para mí. Ni que fuese un objeto.

Si se enterase de que nos besamos ese día se pondría a tirar cohetes.

-Mami, me voy ya.

-¡Vale, cariño! ¡Diviértete!

Salí de casa. No estaba tan lejos, así que no tardaría.

Refrescaba un montón, tanto que se me voló mi gorro de lana. Se avecinaba tormenta, espero que nieve.

Por suerte, no fui la última en llegar. Cuando se presentaron las demás Emily y Alexia nos ofrecieron un Frappuccino a cada una.

Las dos estaban desanimadas, esperad a ver lo que nos cuentan…

-Chicas, os he reunido porque tengo que deciros una cosa muy importante, mejor saberlo ahora y hacernos a la idea.-se quedó un rato procesando lo que diría. Al parecer nadie sabía nada, la miramos sorprendida e impaciente.-Puede que el año que viene me vaya a vivir con mi padre a Cambridge.

-¡¿Qué?!

Ella solo asintió y se le escaparon un par de lágrimas. La consolamos.

Nos relató lo que pasó ayer.

-¡Wow, Alex! No te preocupes, nosotras estamos contigo, vamos a hacer todo lo posible para que no te marches, te lo prometemos.

-Muchas gracias chicas, pero no creo que cambie de opinión.

-¿Quién se viene a hablar con John?

-Dejadlo, chicas.

-Si nosotras le hablamos con él y ve que todo lo que piensa es mentira, le hará entrar en razón.

-No todo está perdido.

-Bueno, haced lo que queráis. Vais conmigo eh, ni siquiera sabéis dónde se hospeda.

-Claro, cuando salgas de aquí.-Sugirió Sophie.

-Me parece estupendo.-Contesté.

 

*Narra Emily*

 

-He logrado contactar con Liam, aunque no me ha dado tiempo a un “hola” y “adiós”, estaba muy ajetreado y tenía que colgar.-Me susurró Sheila mientras las demás discutían.

-Gracias por tu ayuda.

-De nada. ¿Se lo vas a contar?-Preguntó en un tono más alto de voz.

-¿Qué pasa, Emily?-Exclamó Alex.

Suspiré y comencé a relatarles yo también mi pésimo día. Las cuatro me abrazaron y no me soltaron hasta que mi móvil sonó.

-Es él…-Aseguró Sheila por mí.

El móvil se apagó y su nombre desapareció.

Fue Sophie la que rompió el silencio:

-Habla con él. Pienso lo mismo que Sheila. Ve y soluciónalo. Zayn no sería capaz de hacer ese tipo de cosas, y si es verdad, pues tú…

-Tú solo intenta solucionarlo.-Concluyó Michelle.

El móvil volvió a sonar. Me dirigí hacia el baño de chicas y deslicé el dedo hasta la tecla que me permitía hablar con él.

 

*Conversación telefónica*

-¡Hola, peque! ¿Cómo te encuentras? Te echo mucho de menos.

-Bien…-mal-.Yo-yo también.-No podía articular palabra, es escuchar su voz y que me fallen las piernas.

-Siento mucho no haberte llamado ayer, se me acabó la batería.

-Ya.

-¿Estás bien? Te noto rara.

-De eso quería comentarte una cosa…


Huuolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa:D ¿Cómo estáis? Espero que muy bien. También espero que os haya gustado el capítulo. Un poco trágico, ¿no? ¿Cortará Emily con Zayn? ¿Alexia se irá a Cambridge? ¿La madre conseguirá ligar con Niall? Bueno, os dejo con la intriga.
Una cosa más, puede que el fin de semana que viene no sube. Sé que será el cumple de Harry y me gustaría pasar por aquí el sábado, pero no creo que me de tiempo a escribir nada, solo eso. Ah, y que el próximo viernes se estrena por fin el videoclip de MM, teeengo unas ganitaas que no os lo imagináis. ;')
Muchísimas graaaaacias por leer y comentar.
¡Nos vemos! Un besito lectores<3

 

domingo, 19 de enero de 2014

CAPÍTULO 41


*Narra Alexia*

 

-¡¿Qué?! No, no podéis obligarme

-Tú todavía no eres mayor de edad. Además, Cambridge no estás a más de media hora. Los fines de semana podrás quedarte aquí.

-No, papá. No quiero irme.

-Hija… lo hacemos por tu bien.

-¿Y cuándo pensabas contárnoslo? El castigo sería mucho peor  si nos hubiésemos enterado más tarde. ¿O es que ibas a estar todo el tiempo escondida de nosotros con ese chico?

-Papá, es un amigo. A-mi-go.

-Me da igual. Te vienes conmigo, no hay más que hablar.

No aguantaba ahí abajo. No quería seguir con ese tema. Mis padres exageraban y dramatizaban todo lo que tuviera que ver con un chico.

Subí las escaleras rápidamente y me encerré en mi habitación.

Se supone que este día se había convertido en el mejor día de mi vida, y en un abrir y cerrar de ojos, las cosas dan un giro inesperado.

Tenía que impedir que mis padres criticasen de esa forma a Harry. Había que hacerles cambiar de idea si no terminaré aún más lejos de él.

 

*Narra Emily*

 

Después de mucho, mucho lloriquear, decidí que había que ser valiente, y que necesitaba desahogarme. No es justo tener que aburrir a los demás con tus problemas, ellos no tienen la culpa y no me comprenderían, aunque me digan que no pasa nada y que se solucionará o cosas por el estilo. Pero no puedo ser una debilucha a la que todo le afecta. Y bueno, no me apetece malgastar mi sábado por la noche.

Me encontraba caminando sola por las calles de Londres. Hace demasiado frío y creo que no me he abrigado lo suficiente. Por qué tengo que vivir en la otra punta de la cuidad. La parte mala es que no voy a llegar nunca y la parte buena es que me sirve para despejarme y tomar el aire, bastante aire, el viento no hacía más que soplar contra y cara. Temía que comenzase a llover.

Ojalá estuviera aquí para abrazarme y sentirme más protegida envuelta en sus cálidos brazos. Puf. Pero claro, probablemente él estará abrazando a otras personas.

Aparta esa imagen de tu mente, Emily. Tengo que olvidarme de él, pasar página, intentar que él no sea el protagonista de mis pensamientos, como ahora. A ver si soy capaz… mmm… no. ¡Es imposible! ¿Cómo puedes dejar de querer a alguien así, de repente? Decidme vuestro truco, por favor.

Ni siquiera me ha llamado esta noche. Siempre me llamaba. Ayer me llamó, por ejemplo. Me dijo que me quería. Últimamente nos despedíamos de la misma manera. Esas palabras hacían levantarme cada vez más optimista por las mañanas, sobretodo los lunes. Lo que odio yo el instituto no es normal.

Pero claro, él estará ‘confesándole’ las palabras exactas a otra persona.

Ya he llegado a casa de Sheila. Creía que se me iban a desplomar los pies.

Pulsé el timbre y esperé.

Seguro que no se espero lo que le tengo que contar.

 

*Narra Sheila*

 

¿Quién llama a estas horas de la noche? Ha interrumpido mi maratón de nuevos episodios de Castle.

-Hola, Sheila. ¿Vengo en mal momento?

-Hola… bueno, ¿no crees que es un poco tarde?

-Lo siento. Me encuentro fatal y… he pensado que no estarías ocupada.

-Em, ¿qué ha ocurrido?

-¿Puedo pasar?

-Claro.

Por su expresión, nada bueno, por eso ha recurrido a mí. ¿Quién se  hace llamar amiga si no ayudas y respetas a esa amiga?

Mi hermano no se habrá enterado de que tenemos una invitada, no se despega de la videoconsola, incluso hay veces que come en su habitación cuando mis padres no están en casa. Y ellos estarán disfrutando en una cena importante de trabajo, y como su obligación es causar buena impresión, ya habrán sacado un tema de conversación que durará por lo menos media hora, así que regresarán a medianoche.

Y Emily, ¿cuál será su tema de conversación? Se la ve cabizbaja y con la mirada puesta en el infinito.

Se sentó en un extremo de mi cama y yo en mi silla de escritorio. Me  empujé hacia delante y acercarme a ella.

-¿Me vas a contar lo que te ha ocurrido?

Emily solamente mostró un montón de papeles enrollados que estaban guardados en su bolso. Ah, creo que era una revista.

-Página veinticuatro.

Emily se abrazó tristemente a un cojín mientras yo leía el artículo de la página veinticuatro. Era un artículo dedicado, como otras tantas veces, a One Direction, especialmente a uno en concreto.

-¡No puede ser!

-Pues esto lo demuestra.

-Seguro que se lo han inventado. Seguro, los periodistas escriben esto y más para que la gente compre esta mierda y lo lea.

-No te enfades, Sheila. No parece ser inventado, al menos las fotos. No es photoshop.

-Entonces, tiene que hablar con él y…

-No.

-¿No confías en él? ¡Zayn sigue siendo tu novio!

-¿Por qué tendría que confiar en él? Míralo.-Alzó la revista con las dos manos y la colocó a la altura de mi cara.-Se está besando con otra chica. En este caso, con Perrie. Delante de cientos de personas, incluyéndome a mí. ¿Quién sabe si en este momento están juntos? ¿Tú no estarías dolida, eh?

Resoplé. Esa es una pregunta difícil de responder.

-Claro que estaría dolida.-Mi amiga empezó a llorar. No me gustaba verla en ese estado.

-Yo… yo creía que… creía que era diferente… que no me engañaría… que no era como los demás y… y he sido una completa idiota que únicamente se… se deja llevar por sus sentimientos.

-Retira eso.-Instintivamente, tiré el cojín al suelo y la abracé muy fuerte.

No sabía por la que estaba pasando, nunca me había sucedido, pero lo mejor es tener a alguien de compañía apoyándote, ¿no? Emily siempre ha sido muy reservada, es decir, que si se ha atrevido a charlar un rato conmigo, esto es grave y hay que actuar con mucho cuidado. Estaba destrozada y se le notaba. Si Liam me hiciese algo similar después de todo, no me levantaría en meses.

Sin duda, había que dar con alguna forma de que Emily y Zayn reparasen su relación, ya que Zayn no se atrevería a besar a otra en público-ni ninguno de los chicos-y Emily tiene que entrar en razón.

-Venga, anímate. Sabes que no me gusta verte triste. A lo mejor iba borracho.

-Ya… aunque no consigo quitármelo de la cabeza.

-¿Sabes qué? Yo llamaré a Liam y entre los dos deduciremos si es cierto o no.

-No, no hace que te involucras en esto…

-Me involucro si quiero. Y qué casualidad que quiero involucrarme.

-Que no.

-Que sí.-Contesté prolongando la ‘í’.

-Que no.

-Que sí.

-Y dale, que no.

-Que sí, no voy a cambiar de opinión, tú verás.

-Eres muy cabezota, ¿eh?

-Todas somos iguales.

Emily esbozó una pequeña sonrisa. Creo que he logrado alegrarla un poquito, aunque no el ciento por ciento.

-¿Qué tal si te quedas a dormir? Tengo un colchón de sobra.

-No sé…

-Yo convenzo a tus padres.

Finalmente, Emily llamó a sus padres y, afortunadamente, les permitió quedarse, con la condición de que no volviese a ocurrir este improviso.
 
Mañana intentaré contactar con Liam.

Mañana será un día muy largo.



HEEEEEEEEEELOUES:D ¿Cómo estáis? Espero que os haya gustado el cap, creo que es un poco corto pero bueno, es todo lo que he escrito en estos días.
Hoy pongo nada más, que luego os aburro y tengo cosas que hacer.
Muchaaas graaaaaaaaaaaaaacias por leer y también a las personitas maravillosas que comentan.
Como siempre, intentaré subir la próxima semana. ¡Nos vemos!
Besooos<3

domingo, 12 de enero de 2014

CAPÍTULO 40


*Narra Emily*

 

Las lágrimas que brotaban bajo mis mejillas no se detenían. Mis llantos son lo único que se oye en mi habitación, salvo por el fuerte viento que golpeaba mi ventana. Estaba tumbada sobre mi cama y ya había originado un gran círculo húmedo en mi sábana.

Ni siquiera he querido bajar a cenar o explicarles a mis padres por qué no paraba de llorar. Ellos no lo entenderían.

¿Cómo he podido caer tan bajo? Siento una gran punzada en el corazón. ¿Es eso lo que se siente cuando te mienten y te rompen el corazón en dos? No me había sentido así en mi vida. Él me ha roto el corazón, y no se lo voy a perdonar.

Yo creía que él era diferente, que al menos demostraba que me quería, pero resulta que todo ha sido una mentira. Que todo este tiempo ha estado jugando conmigo. Mejor enterarse tarde y no cuando nuestra relación hubiese ido a más, si él lo consideraba relación, a saber con quién se encuentra los días que dice que está “ocupado”. Y no lo asimilo, me avergüenzo de mí misma por haberme dejado engañar.

Debería hablar con él y solucionarlo… no, no, no y no. No soy ciega y sé perfectamente lo que he visto.

Es algo muy doloroso. ¿Por qué hace eso? No se me ocurren razones. No puedo quedarme lloriqueando como una niña, lo sé, pero ¿alguna vez os han traicionado, os han pisoteado y te has derrumbado tanto hasta el punto de no saber cómo seguir adelante ahora?

Quizá, esa atracción que siento por mi novio es más fuerte de lo que pensaba.

 

*Narra Alexia*

 

Entramos en un gran apartamento. Casi todo patas arriba, no me esperaba menos de él.

-Perdón por el desorden.

-No importa.

-Ponte cómoda hasta que yo vuelva.-Asentí y me senté en el sofá.

¿Para qué me necesita? ¿Acaso voy a ser su criada a tiempo parcial y recoger todas estas cosas? No, no creo, aunque por lo que estás tardando puede estar buscando una escoba o un paño, pero no, traía un par de cajas.

-He pensado.-explica mientras se rasca la nuca.-que podrías ayudarme a decorar esto, siempre es mejor en compañía.

Abrió los ojos y descubrí que dentro había un montón de adornos de Navidad. Oh, ¡pues he estado rallándome la cabeza para esto!

-Me encantaría. ¿Y por qué tanto misterio? Me dejaste con la intriga.

-¿Ah, sí? ¿Qué creías que íbamos a hacer?

Mis mejillas se acaloraron y le tiré un cojín a Harry.

-¿Empezamos o qué?

-Cuando tú quieras.

Me ofrecí a limpiar y recoger el salón y colocar los adornos en los que de verdad no pareciese que Harry viviera aquí, la decoración de interiores es mi punto fuerte. Harry hacía el intento de árbol de Navidad.

-¡Harry! ¿Harry, dónde estás?

-¡Aquí!

-¿Qué hacías?

-Es que… he ido a comprobar si habías cerrado la puerta en condiciones, a veces se atasca.

-Vale… ¿Vienes o no?

-Claro.

Comenzamos a decorar el árbol. Nos llevó más de lo normal, porque Harry no era normal.

Regreso al sofá agotada.

-Ahora me toca compensarte.

Enciende la tele.

-¿Con qué me vas a sorprender?

-Con una cena de rechupete.

Debería comentarle que mi madre estará desesperada intentando localizarme, pero no quería irme, es la primera vez en días que me divertía.

Me dispuse a preparar la mesa cuando supe que no aguantaba quieta.

Más tarde, Harry apareció con dos platos de macarrones con tomate. Me llevé unos cuantos a mi boca.

-¿Está rico?-Preguntó.

-Mmm… nada en comparación con los de mi madre, aunque está rico.

-Entonces, eres bienvenida si te apetece comer macarrones, es mi especialidad.

-Como ya he dicho, prefiero los de mi madre.

-Pasaré de nuevo por tu casa para que me dé la receta.

No me imagino presentándote a mi madre, sería un momento embarazoso. Y no hablemos de mi padre, él es un padre protector, si se enterase de que estoy cenado con el mismísimo Harry Styles, me encierra hasta los cuarenta.

Terminamos de cenar, estuvimos charlando de los compromisos del grupo en estas semanas hasta que el cielo se oscureció.

-Es hora de que me vaya.

-¿Ya?

-Sí, Harry.

La parte más difícil: la despedida. Llegamos a la puerta y permanecimos en silencio mirándonos, sin saber si salir corriendo o abrazarle.

-Oh, mira lo que hay ahí arriba.

-¡Vaya! Me pregunto quién lo habrá colgado…

-Yo también.  

Muérdago, por eso había desaparecido antes. Lo odio, pero todos sabemos lo que viene a continuación.

Harry se acercaba a mí lentamente y yo me alejé de él.

-¿Es por Will?

-¿Qué? No, no le veo desde… ese día. Es solo que… no estoy preparada. Me voy.

-Lo siento, no voy a dejarte ir.

Me apretó delicadamente con sus manos y me dejó inmovilizada. Mierda. Estoy atrapada.

‘Eres una cabezota. Está dispuesto a besarte, estás dispuesta a besarle, ¿cuál es el problema?’ Ay. Qué situación más complicada. ‘Ni complicada ni nada. Dile lo que deseas decirle.’ ¿El qué? ¿Qué me voy a mi casa? ¿Qué me suelte? ‘No, que le quieres.’

Conciencia, eres más lista que mi cerebro. No me has resuelto las dudas, pero Harry sigue esperando una respuesta.

Me incliné y, simplemente, le besé, y no me arrepiento de tener la oportunidad de probar sus labios. Son dulces, al igual que el beso, para saborear cada segundo. Sonreí dentro de su boca a la vez que le acariciaba el pelo.

La falta de aire produjo que los dos nos separásemos, por desgracia. Mi conciencia tiene razón: ¿por qué no le he besado antes?

-Bueno, no ha estado mal, ¿verdad?

-Verdad.

-¿Seguro que no te puedes quedar?

-Es que como nos hemos besado, no me apetece separar de ti justo ahora.

-Tranquilo, ya nadie nos va a separar. Adiós, Harry.

-Adiós, preciosa.-Nos despedimos con un corto beso y me fui.

Hay un problema que tanto yo como Harry no hemos planteado: vive a las afueras y no tengo un medio de transporte. Tuve que pedir un taxi que es lo más rápido -y caro-con lo que iría a casa.

-¡Hola mamá, he vuelto!-Saludé al pisar la entrada de nuestra casa.

-¡¿Alex?!-Mi madre bajó las escaleras.-¡Al fin apareces! ¡Estaba muy preocupada por ti! ¡Solo a ti se te ocurre dejarme una nota!-Gritó desesperada elevando las manos. Continuó exclamando frases sin sentido. Yo estaba demasiado feliz para

-Mamá, solo he ido a visitar a Sheila.

-¿Enserio? He llamado a tus amigas y ninguna sabía se encontraba contigo.-Contestó mi padre.

Joder, en qué lío me he metido. Vamos de mal a peor.

-Ya.

-¿Has estado con ese cantante?

-Sí, ¿c-cómo…?-No podría ocultarlo más, es mi padre.

-Te vi en las noticias. Para una madre su hija es inconfundible.

-No me parece bien que salgas que ese chico.

-¿Por qué? Papá, no es como tú piensas.

-Todos son iguales.

-Te equivocas, tú no le conoces.-Empezaban a salirme las lágrimas. Son crueles conmigo.-Mis amigas también quedan con ellos.

-¡Pero tú eres mi hija, no ellas!

-Alex, tu padre y yo hemos tomado una decisión.-Indicó mi madre calmando a mi padre. ¿Qué decisión?

-Vas a venirte a vivir conmigo a Cambridge.
 
 
 
 
¡Bueeeeeeeeeeeeeenaaaas! ¿Cómo estáis? Espero que os haya gustado el cap., pero a mi no me convence, no me ha gustado nada como lo he escrito y esta semana no he tenido imaginación. Pero como dije que subiría este fin de semana, aquí lo tenéis. ¿Qué pasará? Hay que admitir que es un capítulo muy triste, pero todo se solucionará, aunque no sé de qué forma.
Y bueno, ¿qué tal el comienzo del segundo trimestre? Yo estoy deseando que llegue ya las vacaciones de Semana Santa-.- Intentaré subir el próximo fin de semana.
Por último, ¡muchas felicidades a nuestro queridímo Bradford Bad Boy! Se hace mayorcito, como todos. Solo quiero que sepa (aunque no lo vea) que gracias por hacerme feliz y sacarme una sonrisa siempre, que estoy muy orgullosa de él y que le quiero mucho, aunque esto es solamente un resumen. Como él dijo cuando estuvo en MSG: "I'm just a little boy of Bradford and now I'm smashing it".
¡Nos vemos dentro de una semana! Un besazo<3

lunes, 6 de enero de 2014

CAPÍTULO 39


*Narra Sophie*

 

~Flashback~

-¡Hija, tienes visita!-¿Quién será a estas horas? Espero que sea importante, no siempre desayuno en la cama.

Bajo las escaleras y supongo que el invitado está en el salón. Al verme aparecer se levanta instantáneamente.

-Hola, Louis. ¿Qué haces tú aquí?

-¿No puedo darte una sorpresita?

-Claro que puedes.-Mi madre disfrutaba con la escena. Seguro que habría elegido a Louis entre todos los chicos del mundo para que fuese mi novio.

-Mamá, nos vamos a la habitación.-Le agarré del brazo y la guié. Al llegar cerré la puerta detrás de mí y él no contuvo las ganas de coger mi carita con sus manos y besarme. No sabéis lo mucho que extrañaba esos besos tan perfectos. Necesitaba oxígeno y le aparté un poco, pero seguía muy cerca y podía sentir su respiración y lo rápido que le latía el corazón.

-Te he echado muchísimo de menos.-Me susurró.

-Yo también.-Le besé de nuevo. Se separó totalmente de mí.- ¿Para qué has venido?

-Quería verte.-Confesó ojeando las cosas de la habitación.- ¿No has desayunado? ¡Genial! Vístete, yo aviso a tu madre.

-Espera, espera. ¿Avisarla de qué?

-Avisarla de que te vas a desayunar conmigo.

-A lo mejor se niega, la he convencido para que me trajera el desayuno a la habitación.

-Tú déjame a mí.-A continuación, corrió hacia la primera planta. Dentro de un rato, regresó.-Cámbiate, estoy abajo.

-¿A dicho que sí?

-Por supuesto, ¿qué pensabas que iba a responder tu madre hablando con una persona como yo?-Se llevó la bandeja que había sobre la cama no sin antes darme un pequeño beso.

Decidí ponerme unos vaqueros azules claros y un jersey blanco junto con una bufanda de color granate y unas botas marrones cómodas. Básicamente, no me maquillé y me recogí el pelo con una coleta alta.

Al bajar me encontré con un Louis muy entusiasmado.

Me despedí de mi madre, de Alan y mis hermanos y nos fuimos.

Recorrimos el trayecto repleto de risas y besos, agarrados de la mano, como una parejita feliz, el problema es que no éramos pareja, más bien, no sé que somos.

Llegamos a una cafetería llena de gente, pero había una mesa libre en una esquina del local. Leí la carta, no quería pedir los típicos huevos con bacón, así que elegí un chocolate caliente y unas tortitas con sirope de chocolate también.

-¿Tú no tomas nada?

-Yo ya he desayunado.

Al cabo de unos minutos me sirvieron la comida y comencé a devorarla, sí que tenía hambre.

-Te vas a atragantar. Mastica despacio.-Me atragantaré si sigues mirándome tan seductor con las brazos cruzados cada vez que me fijo en ti.

-¡No exageres!-Acabé con las tortitas en menos que canta un gallo y removí el chocolate con la cuchara. Bebí un poco y luego me limpié el rostro.

-¿Puedo probarlo?

-¿Tú no habías desayunado?

-He preguntado primero.-Resoplé y le acerqué la taza. Louis dio un sorbo y el pobre se quemó la lengua, y yo no hacía nada para ayudarlo, mis carcajadas se oían por todas partes. Cuando le trajeron un vaso de agua se calmó.

-Anda, límpiate la boca.-Cogí una servilleta y se la tendí en la mano.-Te ha crecido un bigote de chocolate.-Me obedeció y después se sentó al lado de mí.

-Me han dicho que te encantan las cosquillas.

-¡No!-Demasiado tarde, estoy acorralada contra la pared y me ahogaba de la risa.

-Guarden silencio, por favor.-Muchos clientes están comenzando a quejarse.-Reclamó un camarero cogiendo un plato vació.

-Disculpe, señor.

-No importa. La verdad, hacen una pareja muy bonita, solo tienen envidia.

-Oh, no somos pareja.-Contesté haciendo que Louis se sintiese molesto.

-¿Cómo que no? Entonces por qué dejas que te bese en público, por qué te sonrojas cada vez que te mira o por qué te ríes con cada tontería que hace.-“En que mal momento me pillas, mi cerebro no coopera o primera hora de las mañana.” Hey, un momento, ¿quién es él para hacerme este tipo de preguntas?-Vamos, tengo que trabajar.-Já, y ahora se impacienta. No tiene que entrometerse en nuestras cosas.

Pero si lo piensas, él se preocupa por nosotros, que ni siquiera hemos hablado de tema. ¿Acaso no quería ser su novia? ¿O no estaba preparada? Claro que sí.

-Porque… porque me gusta.

-Exacto.-Era incapaz de dirigir la mirada hacia Louis, así que la bajé a un punto fijo de la mesa.-Lánzate ya chaval. Y quítate esas gafas.-El camarero se marchó, por fin. Louis regresó a su sitio.

-¡Vaya! Qué atrevido.

-Sí.-A los dos se nos escapó una risilla imperceptible. Louis me tomó del mentón y elevó mi cabeza.

-Tú también me gustas.-Entrelazamos nuestras manos.

-Ah, no lo sabía.

-Am, ¿entonces no quieres ser mi novia? Bueno, tendré que buscarme a otra más guapa, más lista, más divertida…-Le callé con un golpe en el hombro y me marché allí.

 Si pretendía enfadarme, lo ha conseguido. Anduve un rato hasta que alguien me agarró del brazo. No podía ser otro que Louis. Inhaló y exhaló aire varias veces, se ha dado una buena carrera por mi culpa.

-Sophie, ¿te lo has creído?-Me sentó en un banco.-No hay nadie que te supere, Sophie. Para mí, eres única.-Eso me reconfortó.-Responde a lo que te pregunté en la cafetería, por favor.

-¿Y si no qué?

-Te comeré a besos hasta que digas que sí.

-Pues estás tardando.

~Fin del flashback~

 

*Narra Alexia*

 

Ya habíamos llegado. Creo que nos encontrábamos a las afueras, pero desde la ventanilla del coche no se distinguía nada. Harry aparcó en un parking al exterior.

-Ya hemos llegado.-Me desabroché el cinturón y empujé la puerta.

Entramos en una carpa llena de personas de todas las edades, algunas ya en el suelo; sin embargo, es una imagen muy afectuosa.

-¡Como mola!

Y os preguntaréis dónde estamos. Enfrente de una enorme pista de hielo, ahí es donde estamos. Con el tiempo dejé de habituarme, pero me encanta ir a patinar en esta época del año.

Nos dirigimos a la caja donde se cogen los patines. ¡Estoy tan entusiasmada! Tanto que no he visto que había una cola súperlarga delante de mí y algunos han empezado a vociferar y gritar, he tenido que pedir disculpas ponerme al final de la cola. Fue un momento vergonzoso. Hubiese deseado desaparecer, más aún al ver el estilo de Harry sobre el hielo. No paraba de decir bobadas, de bailar (por lo que entiende él bailar)  y de caerse a propósito. Sé que quiere que me lo pase bien, que disfrute, y lo está logrando. Por fin me doy cuenta de que Harry es unas de las pocas personas que hace que me olvide de mis preocupaciones y que me sienta cómoda siempre que estoy con él. Aunque terminemos mal, él es capaz de solucionarlo incluso siendo yo la que los causa y yo le recibo como si nada hubiera ocurrido. A lo mejor, el fondo, me importa. Sí, es muy importante para mí perderle o ni podría imaginarme que a él o a los chicos desapareciesen de mi vida y seguir viéndoles en los pósters de mi habitación. Hay algo dentro de mí que me convence en dar un paso hacia delante y dar una oportunidad a Harry mientras que el otro “algo” es lo contrario. Yo no me creo lo que suelen decir en las revistas de Harry, pero no comprendo por qué de todas chicas que hay en el planeta se fija en mí. ¿Qué tengo de especial? Debería de sentirme afortunada, ¿no? Pues no, yo no estoy preparada para tener una relación con un famoso. Pero Harry no es como el resto, además, dijo que no me decepcionaría... bueno, cuando pienso en el tema, me produce un terrible dolor de cabeza.

Se había acabado nuestro tiempo en la pista y ya volvíamos al coche.

-¿Qué tal lo has pasado?

-Fenomenal. ¿Cómo sabías que me gusta patinar?

-Solo intuición. Soy un chico listo.

-Claro.-Dije con ironía a la vez que jugueteaba con mi llavero. Mierda, se me ha caído debajo del asiento.-¿Dónde me llevas ahora?-Pregunté todavía agachada, ya lo tengo.

-A mi apartamento.

-¿Qué? Auuu.

-Oh, Alex. ¿Te has hecho daño?-Qué torpe, me he dado en la cabeza con la guantera.

-No, tranquilo.

-Te va a salir un chichón.

-Se me pasará en un par de días. ¿Para qué…?

-Me gustaría que me ayudases en una cosa, si no es molestia.

-No, claro que no.

¿Y a qué le puedo ayudar yo en su apartamento? ¿A separar los cuchillos de los tenedores? Puf, eso es una posibilidad entre un millón.
 
 
¡Bueeeeeeeeeeenas! ¡Feliz año nuevo con unos días de retraso!:D ¿Qué tal se han portado los reyes? Conmigo muy bien, me han regalado: Where are we book, Our Moment, el DVD de TIU, un calendario de los Guandi (gracias Laura), unos auriculares to' molones y dinero (como no), pero vamos, que no me puedo quejar. ¿Qué os han traído a vosotros? Quiero saberlo jajaja comentadme, plz.
Como siempre espero que os haya gustado el capítulo, es mi pequeño regalo de reyes jaja nah a lo mejor no os gusta. Graciaaaas por leer e intentaré subir este fin de semana.
Un besitoo<3