*Narra Niall*
¡Vaya! No me esperaba que esta tarde
acabara tan ajetreada.
La madre de Michelle estaba en estado
de shock, a lo mejor porque Michelle no habrá llevado a muchos chicos a su
casa. Le dedico la mejor sonrisa de toda mi vida. Tengo que caerle bien si
pretendo quedar de nuevo con Michelle.
-Mamá, ahora mismo entro. Cierra la
puerta.
-No. Qué tal si nos presentas a tu
nuevo amigo.-Se distinguían a sus hermanos en un peldaño de las escaleras
reírse a más no poder.
-Hola. Soy Niall, Niall Horan.
Encantado de conocerla.-Dije extendiéndole la mano. Michelle estaba perpleja,
al igual que su madre. Esta me correspondió agradecida.
-¿Por qué no pasas y tomas algo,
Niall?
-¡No! Ya hemos comido demasiado.
-Claro.-Asentí con la cabeza. Sé que
Michelle me odiará durante los restos, pero qué mal me va a causar esto.
Dejé mi abrigo y demás en el perchero
junto con lo de Michelle.
-Te voy a matar. Tendrías que haberte
ido. La próxima vez no seas tan amable.-Me susurró, ya que nadie escuchaba.
-Tranquila, me las sé apañar yo solo.
-Eso espero. Si la cagas, no me
volverás a ver pisar a acera contigo.
Exagera, lo tengo todo controlado.
Michelle me manda ir al salón mientras ella habla con su madre en la cocina.
Cuando llego al salón dos chicos se
encuentran viendo la tele, deben de ser los hermanos de Michelle.
-Hola, chicos.-No contestaron. Me
senté en una esquina del sofá.
-¿Es verdad que eres el novio de
Michelle?-Preguntó la chica, que suele ser la que se interesa más en los temas
amorosos.
-No, así que dile a tu hermano que no
mienta.-Respondió con risillas y un “te lo dije” a su hermano.
-Oye, yo te conozco.
-¿Si?
-Sí. Yo… te he visto en la tele. Con
otros.
-Está en un grupo, tonta.-Interrumpió
el chico.
-¡Qué no me llames así!-Esa frase
supuso una guerra de cojines que tuve que parar y no quedar mal.
Me acomodé en el sofá y observé la
habitación: estaba muy decorada y me sorprende que con estos dos bichos todo
esté en orden. Me gustaba la tapicería al combinar distintos tonos de azul con
blanco y marrón. Había muchos adornos porque la Navidad se acercaba pero lo que
más destacaba eran las fotos. Me quedé mirando alguna, sobre todo las de
Michelle. Sus hermanos me estuvieron explicando dónde y cuándo se tomaron cada
una de las fotos hasta que apareció su hermana mayor y se callaron.
-Tengo que ducharme y cambiarme. Voy a
tardar lo menos posible.
-Vale. Por cierto, ¿no le dijiste a
tus padres que habías quedado conmigo?-Sacudió la cabeza culpable y por último
puso una mirada asesina a ciertas personas.
Al cabo de un par de minutos apareció
su madre con dos grandes tazas acompañadas de bombones y pastelillos que tenían
muy buena pinta.
-Espero que te guste el chocolate
caliente.-Depositó la bandeja en la mesilla y ocupó lugar enfrente de mí.
-¿A quién no?-La verdad, hace poco
había tomado uno con Michelle y ya no me encontraba con hambre, aunque seguro
que está delicioso. Y no me equivoco.
-Tu acento que dice que eres de
irlandés, ¿no?
-Sí, hace mucho que no viajo…
-¿Enserio? ¡Mi hija no me cuenta nada
nunca! Es un país precioso, estuvimos hace un mes por el trabajo de su padre y
créeme que en ese tiempo vimos lo suficiente.
Estuvimos hablando de los lugares más
bonitos de allí y de todo lo que experimentaron junto con anécdotas, añoraba mi
tierra. Finalmente me di cuenta de que su madre era la mejor fuente de
información que podría conseguir. Se llama Helen y es mucho más amable que
cuando la vi abrir la puerta. Al dar mi primer bocado a uno de los pastelitos
Michelle entró al salón con unas mallas oscuras y una sudadera holgada. Esa
ropa le quedaba realmente sexy, aunque su madre también lo notó.
Se sentó en el sillón al lado de mí y
continuamos hablando del mismo tema, más bien Helen y yo. Tendrías que ver en
el este momento lo roja que estaba Michelle, no sé si por los comentarios que
dice su madre a por su chocolate caliente. A veces asentía o se reía con
nosotros, pero ese color no se iba de sus mejillas.
Más tarde apareció el padre de
Michelle. El padre de Michelle. En este caso, el que está nervioso ahora soy
yo.
-¡Cariño! ¡Tenemos un invitado, ven a
saludar!-Exclamó Helen atrayendo a su marido al salón.
-¡Hola, papi!-Michelle se levantó a
darle un gran abrazo. Acto seguido, fijó la mirada de incomprendido en mí.
-Este es Niall, el nuevo amigo de
Michelle.
-¿Eres Niall Horan?
-Eh, sí. Encantado, señor Carter.-Me
dio un apretón de menos y un par de palmaditas en la espalda. Me percaté de lo
que sostenía en la mano. Es un papel. Me suena mucho: es una partitura.
Entonces vi un piano al fondo del salón.
-El placer es mío. ¿Dónde lo has
encontrado?-Preguntó a Michelle.
-Pues… había quedado con él, como ya
te ha explicado mamá.
-Tú y yo vamos a hablar seriamente en
cuanto los estos monstruos se vayan a la cama.-Los cogió a los dos, uno en cada
brazo, y los llevó a su habitación.
-Mi padre es profesor de música. Le
encanta la música.-Indicó Michelle.
-Pues ya somos dos.
-Tendrías que haberla visto de pequeña
cuando se subía a su regazo y le enseñaba a tocar el piano. O cuando vio su
primera orquesta que le grabó su padre… Tiene que haber alguna foto…
-No le hagas caso, me va a dejar más
en ridículo.
-¿Tocas el piano?
-Sí. Pero hace tiempo que no.-Al mismo
tiempo su padre baja por las escaleras. Y me cuenta a todo lo que se dedica.
Supongo que su padre me conocerá por su trabajo, alguien normal en esta
familia. Me resulta una persona muy fácil con quien conversar. En el fondo,
tiene un parecido a Michelle, es extrovertido y gracioso, y que tenga las
mismas aficiones que yo me saca ventaja. Y ella está encantada, más feliz de
que no haya problema para que sus padres la regañen.
Pasados unos minutos su padre trajo
una guitarra y me suplicaron que cantasen alguna canción. Al principio me
desistí, pero ellos no se rindieron y al ser Michelle entregándome la guitarra
terminar accediendo. Compruebo la tensión de las cuerdas, la que tengo en casa
es diferente y además más antigua. Comencé a cantar “I’m yours”, de Jason Mraz.
Al acabar los tres aplaudieron
eufóricos.
*Narra Michelle*
Me siento suertuda al presenciar cómo
Niall Horan canta en directo, muchas querrían estar en mi lugar.
Al final no todo ha salido tan mal. No
puedo evitar darle un abrazo de lado, delante de mis padres. Por desgracia, es
hora de que Niall se vaya y ni a mí ni a ellos les gusta la idea. Se despiden
de él mientras yo le espero en la entrada. Es increíble lo que llega a hacer
Niall en solo un tarde. Si fuera otro chico mi padre lo hubiera echado a
patadas. Sin duda, tiene algo que le convierte en una persona única.
Al abrir la puerta me encuentro con
que sigue nevando y más que cuando llegué a casa, hasta ha cuajado. Hace tanto
frió que me pongo un abrigo y mis guantes.
-Bueno, va siendo hora de despedirse
de ti.-Di un respingo.
-Qué te he dicho de pegarme sustos.
-Cállate, quejica.-Me arrimó a él y
nos juntamos en otro abrazo.-Que sepas que lo que pasado muy bien.
-Yo también.-Respondo acurrucándome más
en su cuerpo.
Siempre chinchándome y ahora me siento
como si flotase en las nubes. Se merece un beso en la mejilla, claro que sí,
aunque la dirección que tomé no terminó en su mejilla, si no más a la
izquierda.
Como sieeeempre MUCHAS GRACIAS POR LEER MI BLOG.
Besitos a todos:)
Me a encantado, espero el siguiente cap.
ResponderEliminarBesos:)
Muchísimas gracias, como siempre. ¡Pronto subiré!
EliminarOtroo<3
¡¡Buenaaas!!
ResponderEliminarYa no se que decirte de tus capitulos que no sepas. Bueno, una vez mas es INCREIBLE.
Niall y Michelle. Michelle y Niall. ¿Que decir de ellos? Son muy monos juntos. Y no le quitemos merito a los padres de Michelle. ¡Que padres mas guays! Que majos.
Bueno, hoy no estoy muy inspirada para ponerte un comentario en condiciones.
Un beso guapa <3
¡Holaas!
EliminarPonme lo que quieras, yo siempre te lo agradeceré jaja muchísimas gracias:)
Ohh si son muy cucos, creo que de los cinco ellos se llevan el premio. Yaa, ellos sí pero que hay otros... Jaja.
No pasa nada.
Otro para ti<3