*Narra Alexia*
Según me había comentado mi padre me quedaba solamente una semana y media para marcharme, para siempre. Para siempre debido a que se había cabreado aún más y había aumentado mi castigo/sufrimiento cuando mis amigas y yo fuimos a visitarle al hotel. Pero tengo fe de que me perdonará. Sé que todavía algo puede hacerle cambiar de idea, y si no soy yo será otro, ¿no? No me voy a rendir tan fácilmente. Por eso mismo le he pedido a mi padre que venga a mi casa para hablar detenida y adecuadamente sobre el tema con mi madre y conmigo, ya sabéis cómo se ofendió el otro día en la habitación del hotel. En verdad, no entiendo a mis padres, toman decisiones muy rebuscadas y tienen un estado de humor muy raro. Ya no quería quedarme de brazos cruzados.
-¡Alex! ¡Está a punto de llegar!
Bajé las escaleras lo más rápido posible. Espero que se solucione pronto. Es cierto que en otras ocasiones he intentado solucionarlo, pero siempre termina agresivo. Así que prefiero a mi madre a mi lado porque me voy a sentir más segura y si la convezco a ella el asunto estará más que zanjado. Además, tengo el presentimiento de que hoy iba a ser una tarde muy prometedora.
Justo cuando pisé el último peldaño, mi padre llamó al timbre.
-Hola, papá. Pasa.
Le abrí la puerta de par en par y entró. Nunca le había visto tan enfadado. En mi vida. ¿No quiere lo mejor para su hija? Pues así no lo va a conseguir.
Nos sentamos en el salón y fue la primera vez desde que tengo uso de memoria ver a mis padres a mis padres juntos en el mismo sofá, ya que al separarse era demasiado pequeña. Yo me senté en el sillón, enfrente de ellos. Fui directo y claramente hacia ese tema sumamente principal.
-¿Por qué me tengo que ir?
-Hija, ya te lo hemos explicado muchas veces.
-A mí me sigue pareciendo injusto. Si me pedís que os cuente las cosas lo haré, pero antes pedídmelo. Y si no lo dije fue porque era muy importante. ¿Acaso no puedo tener mi propia intimidad?
-Nosotros solo queremos lo mejor-¿veis a lo que me refiero?
-Y para lograrlo se tiene que hacer todo lo posible.
-¡Papá! Tú es que no lo entiendes. Tú no entiendes lo que significan para mí, el tiempo que los he estado viendo a través de una pantalla de ordenador y ahora que les he conocido un persona es como... como un sueño hecho realidad. Tampoco has visto los pósters que tengo en mi habitación o la lista de canciones descargandas en mi móvil. También están mis amigas. Yo no puedo separarme de ellas. ¿Os acordáis cuando mi amiga Michelle se fue a Irlanda? Todas nos quedamos destrozadas y no quiero que vuelva a ocurrir, por favor.
Los dos permanecieron en silencio. Mi padre con la misma cara desde que pisó la casa. Mi madre algo más pensativa y evitando mirar a quien se le cruzase con la mirada, como yo. Seguramente a ella no lo apetecía que me marchase con mi padre si he estado casi toda mi infancia y adolescencia viviendo con ella y prácticamente ha sido la que me ha criado.
De repente, me suena el móvil.
-Perdón.
¿Quién será? En el momento más inoportuno que han llamado.
Me giré un poco y saqué el móvil del bolsillo... es Harry. ¿Es Harry? ¡Es Harry! Sí, el móvil no me miente. Protesté para mis adentros. Le ignoré y me colgué. Luego me dirigí a mis padres, que estaban impacientes por saber quién era.
-Bueno, ¿qué pensáis?
Pero antes de que contestasen, Harry volvió a llamar. Murmuré cosas que para mi suerte fueron inaudibles. Volví a renegarle.
-Nosotros queremos que seas feliz-soltó mi madre sin esperármelo.
-Y lo soy, aunque si me voy yo...
-Serás feliz conmigo, Alexia.
-Tú no eres el único que me hace feliz. Me vais a quitar a las personas a las que más aprecio. Tampoco me voy a separar de mamá.
-Mmm... ni yo, hija. Es por tu bien.
-Mamá, dile de una vez que no me muevo de aquí.
Mi padre se llevó las manos a la cara y se restregó cuidadosamente los ojos. No pensaba dejar que me ganase. Hoy no.
Maldita sintonía del móvil. ¿Para qué me necesitaba este chico? Creo que todavía no había pillado que estaba ocupada para devolver la llamada. Era muy pesado y no entendía que nada era ahora más importante que esto.
Y ahora acaban de llamar al timbre. Genial. Todo genial.
Un escalofrío me recorrió la columna vertebral entera. Alex, manten la calma.
Ya que nadie se levantaba a abrir la puerta, yo me levanté.
Crucemos los dedos para que la persona que se encontraba detrás de la puerta no sea la persona que me estoy imaginando.
No le dio tiempo ni a pronunciar su primera palabra porque yo fui la que reaccioné y le cerré delante de sus narices. Espero no haberle hecho daño. ¿Qué hacía Harry aquí? ¿Qué se cree? No puede presentarse en mi casa sin avisar. Bueno, rectifico. Avisó, aunque yo no quería ser avisada. Yo creía que había entendido que en estos momentos no podía responderle. En ese caso, la razón por la que ha venido tiene que ser más urgente de lo que pensaba. Pensar. Eso era lo que necesitaba: pensar. Y muy rápido, os recuerdo que mis padres siguen en el salón.
Comencé a dar vueltas por el pasillo y a enredar mis mechones de pelo entre mis dedos. Esa señal era un indicio de que estaba realmente nerviosa.
¿Qué hago? ¿Le digo que pase? No, empeoraría las cosas todavía más. ¿Le dejo tirado enfrente de la puerta? No se va a ir. Ya le conozco lo suficiente. Tampoco voy a gritarle que se vaya, permanecerá inquieto en su sitio.
Claro que Harry hace lo que le combiene y tiene que volver a llamar. ¡No podía parar de preocuparse por mí, largarse ya y así continuar con el problema de mis padres!
-¿Quién es, Alex?-formuló mi madre.
Estaba perdida. Ya no tenía escapatoria, así que destapé la sorpresa.
-Hola, Alexia.
-Hola-me tapé la cara hasta que él se percató de mis padres y se quedó perplejo.
-¿Qué haces tú aquí?
-Eso mismo me pregunto yo...
-¿A qué has venido? Vete-en menudo lío me he metido.
-¡Papá!
-Yo eh... había venido a hablar con usted. Si no le parece mal.
-Tú no eres bienvenido en esta casa.
-¡John, tranquilízate! Ahora es mi casa-mi madre se acercó a Harry con inseguridad-yo soy Margaret. Un placer conocerte-se estrecharon la mano.
Seguía sin salir de mi asombro, al igual que mi padre que permanecía paralizado.
-Igualmente-seguido, se acercó a mi padre.-Encantado de conocerle, señor Miller-como vio que ninguno contestaba prosiguió:
-Siento haberme presentado de esta forma, pero no he parado de dar vueltas y más vueltas al asunto. Hace unos días me contaron que Alexia se marchaba de Londres, y no lo asimilo. He estado meditando, ideando la manera para caerle bien, para convercerle de que no soy como dicen en las noticias, pero es algo inútil. Por eso estoy hablándole sobre la marcha. No me gustaría que Alex se vaya. Puede que solo la conozca de un par de meses pero le he cogido un cariño increíble y mis amigos también. Es una gran persona que me ha enseñado muchas cosas en este tiempo. Me ha hecho sentir el hombre más feliz de mundo. No se merece que se separe de sus seres queridos porque todo cambiaría. Créame que no le diría esto si no me importase de verdad. Por intentar impedirlo no ocurre nada. Aunque, ahora es su decidión tener en cuenta mis palabras u olvidarlas. Y le prometo que si Alex se queda haré todo lo qie me pida.
¿Se puede ser más adorable? Si mis padres no estuviesen con nosotros me hubiese tirado literalmente sobre él y le hubiese abrazado tan fuertr como él me permitiese. Sin embargo, me acerqué a él y le cogí del brazo.
-Ves, papá. No es la mala persona que tú crees que es.
Harry me miró y yo le sonreí. No sé cómo se habrá enterado de todo pero me ha ayudado en un montón de cosas.
-¿Y dices que harás lo que te pida?
-Exacto.
-John, puede ir a visitarte los fines de semana cada dos semanas y así estás más tiempo con ella. No tenemos que preocuparnos por él.
-Yo la llevo.
-¿Tú tienes licencia para conducir?
-Papá...-murmuré.
-Claro que sí-contestó.
-¿Y me la traerás sana y salva?-mi madre resopló. No aguantaba, solamente porque era mi madre y le tenía un gran respeto.
-Por supuesto.
-Entonces, me lo pensaré.
-¡Sí!
Grité y salté de la emoción contenida y no tardé ni un minuto más en avalanzarme sobre Harry. Este me elevó sobre el aire. Quién iba a decir que sería tan sencillo. La próxima llamo antes a Harry. Le susurré un "muchísimas gracias". Estaba feliz, aunque tuviera que pensárselo. No hay que hacerse ilusiones, pero parece que a mi padre ya se le había pasado completamente el cabreo. Me quedaba aquí, finalmente. Y todo gracias a Harry. Le debía una.
-Bueno, Harry, ¿te apetece tomar algo con nosotros?
Bueeeeeeeeeenas:D ¿Qué tal estáis? Espero que bien. También espero que os haya gustado este nuevo cap. He tardado un poco en subirlo, pero aquí lo tenéis. Pido disculpas si hay alguna falta ortográfica o alguna frase sin sentido.
Quería dar las gracias a las personas que todavía leen la novela, porque he dejado la fic algo olvidada y siento decir que quedarán un par de capítulos para que la historia termine. Aún así, muchísimas gracias por todo.
Mi ordenador ya está en marcha, pero hay que ponerle un antivirus para poder usar Internet, aunque ya está casi arreglado.
Bueno, intentaré subir el próximo fin de semana.
Comentad por favor, así cuando me conecte al ordenador me alegraréis el día.
Un besazo lectores<3