domingo, 9 de marzo de 2014

CAPÍTULO 46


*Narra Alexia*

Según me había comentado mi padre me quedaba solamente una semana y media para marcharme, para siempre. Para siempre debido a que se había cabreado aún más y había aumentado mi castigo/sufrimiento cuando mis amigas y yo fuimos a visitarle al hotel. Pero tengo fe de que me perdonará. Sé que todavía algo puede hacerle cambiar de idea, y si no soy yo será otro, ¿no? No me voy a rendir tan fácilmente. Por eso mismo le he pedido a mi padre que venga a mi casa para hablar detenida y adecuadamente sobre el tema con mi madre y conmigo, ya sabéis cómo se ofendió el otro día en la habitación del hotel. En verdad, no entiendo a mis padres, toman decisiones muy rebuscadas y tienen un estado de humor muy raro. Ya no quería quedarme de brazos cruzados.
-¡Alex! ¡Está a punto de llegar!
Bajé las escaleras lo más rápido posible. Espero que se solucione pronto. Es cierto que en otras ocasiones he intentado solucionarlo, pero siempre termina agresivo. Así que prefiero a mi madre a mi lado porque me voy a sentir más segura y si la convezco a ella el asunto estará más que zanjado. Además, tengo el presentimiento de que hoy iba a ser una tarde muy prometedora.
Justo cuando pisé el último peldaño, mi padre llamó al timbre.
-Hola, papá. Pasa.
Le abrí la puerta de par en par y entró. Nunca le había visto tan enfadado. En mi vida. ¿No quiere lo mejor para su hija? Pues así no lo va a conseguir.
Nos sentamos en el salón y fue la primera vez desde que tengo uso de memoria ver a mis padres a mis padres juntos en el mismo sofá, ya que al separarse era demasiado pequeña. Yo me senté en el sillón, enfrente de ellos. Fui directo y claramente hacia ese tema sumamente principal.
-¿Por qué me tengo que ir?
-Hija, ya te lo hemos explicado muchas veces.
-A mí me sigue pareciendo injusto. Si me pedís que os cuente las cosas lo haré, pero antes pedídmelo. Y si no lo dije fue porque era muy importante. ¿Acaso no puedo tener mi propia intimidad?
-Nosotros solo queremos lo mejor-¿veis a lo que me refiero?
-Y para lograrlo se tiene que hacer todo lo posible.
-¡Papá! Tú es que no lo entiendes. Tú no entiendes lo que significan para mí, el tiempo que los he estado viendo a través de una pantalla de ordenador y ahora que les he conocido un persona es como... como un sueño hecho realidad. Tampoco has visto los pósters que tengo en mi habitación o la lista de canciones descargandas en mi móvil. También están mis amigas. Yo no puedo separarme de ellas. ¿Os acordáis cuando mi amiga Michelle se fue a Irlanda? Todas nos quedamos destrozadas y no quiero que vuelva a ocurrir, por favor.
Los dos permanecieron en silencio. Mi padre con la misma cara desde que pisó la casa. Mi madre algo más pensativa y evitando mirar a quien se le cruzase con la mirada, como yo. Seguramente a ella no lo apetecía que me marchase con mi padre si he estado casi toda mi infancia y adolescencia viviendo con ella y prácticamente ha sido la que me ha criado.
De repente, me suena el móvil.
-Perdón.
¿Quién será? En el momento más inoportuno que han llamado.
Me giré un poco y saqué el móvil del bolsillo... es Harry. ¿Es Harry? ¡Es Harry! Sí, el móvil no me miente. Protesté para mis adentros. Le ignoré y me colgué. Luego me dirigí a mis padres, que estaban impacientes por saber quién era.
-Bueno, ¿qué pensáis?
Pero antes de que contestasen, Harry volvió a llamar. Murmuré cosas que para mi suerte fueron inaudibles. Volví a renegarle.
-Nosotros queremos que seas feliz-soltó mi madre sin esperármelo.
-Y lo soy, aunque si me voy yo...
-Serás feliz conmigo, Alexia.
-Tú no eres el único que me hace feliz. Me vais a quitar a las personas a las que más aprecio. Tampoco me voy a separar de mamá.
-Mmm... ni yo, hija. Es por tu bien.
-Mamá, dile de una vez que no me muevo de aquí.
Mi padre se llevó las manos a la cara y se restregó cuidadosamente los ojos. No pensaba dejar que me ganase. Hoy no.
Maldita sintonía del móvil. ¿Para qué me necesitaba este chico? Creo que todavía no había pillado que estaba ocupada para devolver la llamada. Era muy pesado y no entendía que nada era ahora más importante que esto.
Y ahora acaban de llamar al timbre. Genial. Todo genial.
Un escalofrío me recorrió la columna vertebral entera. Alex, manten la calma.
Ya que nadie se levantaba a abrir la puerta, yo me levanté.
Crucemos los dedos para que la persona que se encontraba detrás de la puerta no sea la persona que me estoy imaginando.
No le dio tiempo ni a pronunciar su primera palabra porque yo fui la que reaccioné y le cerré delante de sus narices. Espero no haberle hecho daño. ¿Qué hacía Harry aquí? ¿Qué se cree? No puede presentarse en mi casa sin avisar. Bueno, rectifico. Avisó, aunque yo no quería ser avisada. Yo creía que había entendido que en estos momentos no podía responderle. En ese caso, la razón por la que ha venido tiene que ser más urgente de lo que pensaba. Pensar. Eso era lo que necesitaba: pensar. Y muy rápido, os recuerdo que mis padres siguen en el salón.
Comencé a dar vueltas por el pasillo y a enredar mis mechones de pelo entre mis dedos. Esa señal era un indicio de que estaba realmente nerviosa.
¿Qué hago? ¿Le digo que pase? No, empeoraría las cosas todavía más. ¿Le dejo tirado enfrente de la puerta? No se va a ir. Ya le conozco lo suficiente. Tampoco voy a gritarle que se vaya, permanecerá inquieto en su sitio.
Claro que Harry hace lo que le combiene y tiene que volver a llamar. ¡No podía parar de preocuparse por mí,  largarse ya y así continuar con el problema de mis padres!
-¿Quién es, Alex?-formuló mi madre.
Estaba perdida. Ya no tenía escapatoria, así que destapé la sorpresa.
-Hola, Alexia.
-Hola-me tapé la cara hasta que él se percató de mis padres y se quedó perplejo.
-¿Qué haces tú aquí?
-Eso mismo me pregunto yo...
-¿A qué has venido? Vete-en menudo lío me he metido.
-¡Papá!
-Yo eh... había venido a hablar con usted. Si no le parece mal.
-Tú no eres bienvenido en esta casa.
-¡John, tranquilízate! Ahora es mi casa-mi madre se acercó a Harry con inseguridad-yo soy Margaret. Un placer conocerte-se estrecharon la mano.
Seguía sin salir de mi asombro, al igual que mi padre que permanecía paralizado.
-Igualmente-seguido, se acercó a mi padre.-Encantado de conocerle, señor Miller-como vio que ninguno contestaba prosiguió:
-Siento haberme presentado de esta forma, pero no he parado de dar vueltas y más vueltas al asunto. Hace unos días me contaron que Alexia se marchaba de Londres, y no lo asimilo. He estado meditando, ideando la manera para caerle bien, para convercerle de que no soy como dicen en las noticias, pero es algo inútil. Por eso estoy hablándole sobre la marcha. No me gustaría que Alex se vaya. Puede que solo la conozca de un par de meses pero le he cogido un cariño increíble y mis amigos también. Es una gran persona que me ha enseñado muchas cosas en este tiempo. Me ha hecho sentir el hombre más feliz de mundo. No se merece que se separe de sus seres queridos porque todo cambiaría. Créame que no le diría esto si no me importase de verdad. Por intentar impedirlo no ocurre nada. Aunque, ahora es su decidión tener en cuenta mis palabras u olvidarlas. Y le prometo que si Alex se queda haré todo lo qie me pida.
¿Se puede ser más adorable? Si mis padres no estuviesen con nosotros me hubiese tirado literalmente sobre él y le hubiese abrazado tan fuertr como él me permitiese. Sin embargo, me acerqué a él y le cogí del brazo.
-Ves, papá. No es la mala persona que tú crees que es.
Harry me miró y yo le sonreí. No sé cómo se habrá enterado de todo pero me ha ayudado en un montón de cosas.
-¿Y dices que harás lo que te pida?
-Exacto.
-John, puede ir a visitarte los fines de semana cada dos semanas y así estás más tiempo con ella. No tenemos que preocuparnos por él.
-Yo la llevo.
-¿Tú tienes licencia para conducir?
-Papá...-murmuré.
-Claro que sí-contestó.
-¿Y me la traerás sana y salva?-mi madre resopló. No aguantaba, solamente porque era mi madre y le tenía un gran respeto.
-Por supuesto.
-Entonces, me lo pensaré.
-¡Sí!
Grité y salté de la emoción contenida y no tardé ni un minuto más en avalanzarme sobre Harry. Este me elevó sobre el aire. Quién iba a decir que sería tan sencillo. La próxima llamo antes a Harry. Le susurré un "muchísimas gracias". Estaba feliz, aunque tuviera que pensárselo. No hay que hacerse ilusiones, pero parece que a mi padre ya se le había pasado completamente el cabreo. Me quedaba aquí, finalmente. Y todo gracias a Harry. Le debía una.
-Bueno, Harry, ¿te apetece tomar algo con nosotros?


Bueeeeeeeeeenas:D ¿Qué tal estáis? Espero que bien. También espero que os haya gustado este nuevo cap. He tardado un poco en subirlo, pero aquí lo tenéis. Pido disculpas si hay alguna falta ortográfica o alguna frase sin sentido.
Quería dar las gracias a las personas que todavía leen la novela, porque he dejado la fic algo olvidada y siento decir que quedarán un par de capítulos para que la historia termine. Aún así, muchísimas gracias por todo.
Mi ordenador ya está en marcha, pero hay que ponerle un antivirus para poder usar Internet, aunque ya está casi arreglado.
Bueno, intentaré subir el próximo fin de semana.
Comentad por favor, así cuando me conecte al ordenador me alegraréis el día.
Un besazo lectores<3

domingo, 23 de febrero de 2014

CAPÍTULO 45


*Narra Michelle*

Ya estábamos a miércoles, justamente en el ecuador de la semana. No sé por qué a las personas les gusta el miércoles, para mí se quedaba muy lejos del viernes. Aparte de que hoy he tenido un par de exámenes que aprobar.
Sophie y Sheila me contaron su nuevo plan, y como yo no quería ser de menos, también iría a hablar con Harry. En verdad, no se les da nada bien mentir y yo no intuyo demasiado mal. Cada vez me parecía más a mi madre. Sophie nls dijo que Harry estaría libre hoy y hemos acordado en tomar algo en alguna parte. Estaba muy claro que al Starbucks no podíamos ir, ya que trabajaba allí, así que iríamos a una cafetería cercana.
Terminé mis deberes y me cambié de ropa porque no pensaba presentarme en chándal.
Me despedí de mis padres y de mis hermanos y salí de casa en dirección a la cafetería, según las indicaciones que me prestaron.
Creo que soy la primera en llegar. Saludé a un camarero que pasaba por allí y pedí una mesa alejada, en el fondo. Por suerte, no había mucha gente. Después entró Sophie y, más tarde, Sheila. Como suponía Harry fue el último en llegar. Ya estábamos los cuatro.
Nos sentamos cada uno a un lado de la mesa y nos sirvieron nuestros cafés. Cuando tomaba café me revolucionaba, así como dato.
-Michelle, no te eches tanto azúcar.
-No pasa absolutamente nada.
-Bueno, chicas, ¿queréis decirme ya lo que pasa?-preguntó Harry, que no paraba que toquetear el móvil.
-Verás, lo que ocurre es que Alex se...
-¡Eh! Lo cuento yo, que fui yo la que ideó el plan, aver si te acuerdas-protestó Sophie.
-Pero tú no te explicas bien.
-¿Y si lo cuento yo que soy muy chistosa y así Harry no le afecta tanto la noticia?
-¡No!-me gritaron las dos al unísono.
-Me voy y cuando lo hayáis decidido me avisáis.
-No. Sheila, dilo tú.
-Mejor dilo tú, perdón.
Les dediqué una mirada amenazante para que una de las dos comenzase de una vez si no les apetecía que Harry se marchase y nos quedásemos las tres solas sentadas como unas bobas.
Finalmente, Sheila aclaró la voz y hablo:
-Lo que ocurre es que Sheila nos reunió el otro día a todas y nos confesó que dentro de unas semanas se mudaba con su padre a Cambridge, pero nosotras no queremos que se vaya y hemos intentado impedirlo.
Minutos después, Sophie continuó:
-Fuimos a convencer a su padre de que no podía hacer eso, pero él no nos escuchó y hemos pensado que tú... podrías ser capaz de solucionar las cosas. ¿Tú que crees?

*Narra Harry*

¿Que qué creo? Simplemente no me lo creía. No puede irse, no ahora. En estos momentos nuestra relación marchaba bien, aunque teníamos qur comentar algunas cosillas muy significativas.
Me sentía un poco destrozado. ¿Era yo la razón por la que se iba? Pues me siento culpable también, y los adjetivos van aumentando por segundos. ¿Por qué no me había contado ella todavía personalmente?
-¿Y qué tengo que hacer?
-No lo sabemos.
-¿Cómo que no lo sabéis?
-Eso lo dejamos en tus manos. Aunque te ayudaremos.
Resoplé. Qué tarea más complicada. ¿Cómo iba a evitar que la chica a la que quería no se alejase de mí sin que ella se de cuenta? Si ella se movía a otra cuidad, la verdad casi nada cambiaría; ya que haría todo lo posible para verla, pero ya las cosad no serían lo mismo. Y tampoco podía permitir perderla de nuevo.
-Si es necesario pedimos consejo a ese tal Will y asunto zanjado.
-No-siempre que mencionaba ese nombre me ponía de los nervios y recordaba esa imagen tan... asquerosa. Así que proseguí:
-Tendré que taladrarme la cabeza para ingeniar algo.
-¡Bien!-las tres me abrazaron de lado.
-¿Estáis seguras de que yo sirvo aquí?
-Pues claro. Eres el único.
-¿Por?
-Vamos Harry. No tr comportes como si vivieses en otro mundo-comentó Michelle guiándome un ojos a la vez que hacía movimientos con las manos como si fuese evidente.
-¿Se me nota mucho?
-Solo un poquito.
-Mmm, demasiado-admitió Sheila.
-La especialidad de Alex es fingir como si nada sucediese, pero haznos caso cuando te decimos que ella también siente algo por ti, aunque no sea consciente.
-Yo no estaría tan convencido.
-Tú el que menos-contestó Sheila en tono sarcástico. Los dos estábamos de acuerdo en que era mentira.
-Bueno, vamos a terminar con nuestros cafés que se van a enfriar.
-Está bien.
Los cuatro continuamos con nuestros respectivos cafés. Ninguno volvió a comentar nada, salvo por alguna broma, pero hoy no era un día de muchas palabras.
-¿Y Emily? Se me hace extraño no verla con vosotras.
Las chicas me miraron fijamente y luego bajaron la cabeza a la mesa. ¿Qué me había perdido?
-¿No te has enterado?
-¿Qué ha pasado?
Esta vez, las tres se miraron entré sí inseguras.
Comenzaron a relatarme la historia. ¡La de cosas que puedes saber en dos horas!
-Zayn es incapaz de hacer eso. Yo mismo lo presencié: no pasó nada. No os preocupéis.
-¿Pero tú no estaría decepcionado de ti mismo? Ahora Emily está muy afligida y no es consciente de lo que dice o de cómo se comporta.
-Entonces hay que encargarse de esto también.
-No, mejor que lo arregle Zayn, dejadle a él-sugerí. Conozco muy bien a Zayn y sé que hará lo que crea conveniente para recuperarla.
>Me tengo que ir, chicas. Me ha encantado estar con vosotras. Ya veré lo que puedo remediar.
Me despedí de las chicas formando un abrazo grupal y me marché de la cafetería.
Seguro que tenía que haber alguna manera para no separarme de Alex.

*Narra Emily*

Acababa de llegar de trabajar. Hoy no he articulado palabra con Alexia. Nos hemos saludado como buenas amigas que somos pero a partir de ahí no hubo otro tema de conversación. Las dos estábamos realmente derrumbadas. Ella estuvo limpiando mesas y yo atendiendo clientes. Tan apenada estaba que las personas habituales que entraban en el Starbucks me preguntaban que qué ocurría. Y yo voy y no les respondo. Aunque se lo agradezco mucho, porque yo creía que solamente mis amigas y mi familia les importaba y en parte, los chicos, pero ya estaba más reformada.
He ido al instituto, a trabajar y excepto esas cosas me he pasado el día en casa. Necesitaba poner en orden mis pensamientos.
Mi madre nos llamó para cenar y yo acepté. No quería preocupar a mis padres, aparte de que ellos no sabían nada del tema y tampoco tenían por qué enterarse de que salgo con un famoso. Para ser más exactos, me había tomado un tiempo con un famoso. Sonaba algo espeluznante. Aunque pasar básicamente un par de días encerrada en casa y deambulando hasta por los rincones de todas las habitaciones había servido. Ya me encontraba completamente bien. Un poco decaída, pero bien.
Hablando de Zayn, no ha parado de mandarme mensaje y sms. Parece desesperado. No le voy a responder, no me da pena. Miento, sí me da pena. Y no lo hago por orgullo, si él considera que está dolido se tendría que imaginar lo que me sucedió a mí hace unos días, cuando vi algo que era preferible no ver.
-Hija, come un poco. Estás muy rara.
-Mamá, ya te he dicho que ya estoy mucho mejor.
Mi madre me cogió de la mano y me observó conmovida. Era mi madre y me mataba verla así, aunque no podía contarle nada, ya que la que mataría aquí sería ella a mí.
-Ya sabes que si tiene algún problema puedes contar conmigo.
-Gracias, mamá. Lo haré-tanto ella como yo había sospechado que no decía la verdad. Lo dejó pasar y continuamos con la comida.
Creo que mi madre me había dado ánimo para seguir adelante y dejar mis absurdas preocupaciones a un segundo plano. No voy a comenter estupideces por Zayn.
Al terminar subí de nuevo hacia mi dormitorio y mi móvil estaba parpadeando, lo que me indicaba que tenía un mensaje y ya me intuía quién podría ser. Había puesto el móvil en silencio porque quería permanecer aislada durante un tiempo, pero no dio resultado. Desbloqueé el aparato y lei detenidamente el mensaje de Zayn recién enviado.
Oh, Dios mío. No es cierto. Iba a venir, a Londres. Eso yo no lo podía permitir, no estaba preparada para hablar con él, ni mirarle a la cara. Simplemente, este hombre va a hacer lo que esté en sus manos para que volviésemos. Si quiere guerra, la va a tener, aunque le siga queriendo desde lo más profundo de mi corazón.



¡Bueeeeeeeeeeeeenas!
Parece que en el próximo cap se avecina pelea, ¿qué pasará? Misterio.
¿Cómo estáis? Espero que muy bien y también espero que os haya gustado este capítulo nuevo. Perdón si hay alguna falta de ortografía, no tengo tiempo para corregir. Yo, la verdad, estoy algo agotada porque aunque no lo parezca tengo que estudiar y un montón de cosas por hacer. Que sepáis que yo los capítulos los escribo en clase y hay veces que me llaman la atención xd.
Bueno, como siempre, intentaré subir de nuevo la próxima semana.
Mi ordenador sigue igual de mal, crucemos los dedos para que se arregle cuanto antes.
Muchímaaaaaaas graaaaaaaaacias a las personas que siguen leyendo mi fic y a las que comentan, aunque no pueda leerlos.
Un besazo a todos, ¡nos vemos!<3

sábado, 15 de febrero de 2014

CAPÍTULO 44


*Narra Sophie*

Llamamos a la puerta de la habitación y esperamos a que se abriera. Lo teníamos todo controlado, ya veréis como conseguimos que Alexia se queda con nosotros, estoy segurísima. Si no, Harry se encargará, que lo sé yo. Por cierto, ¿se lo habrá contado a los chicos?
El padre de Alex entornó la puerta y puso una cara de desorientación, pero luego su cara transmitía enfado. Daba miedo.
-¿Qué hacéis vosotras aquí?
-Ha sido idea nuestra. No eche la culpa a su hija-comenzó Sheila, aunque Michelle la interrumpió diciendo:
-Queremos hablar con usted sobre... por favor, no se marche con Alexia, no puede irse.
-Yo soy su padre, las decisiones las tomo yo.
-Deje que se lo expliquemos.
-Chicas, creo que es mejor irse, no vale la pena.
-Sí, largaos, no tenéis derecho a estar aquí.
-No, es injusto.
-Alex, dile a tus amigas que no tienen nada que hacer. Adiós. Buenas noches.
Cerró la puerta de un portazo. Habíamos perdido nuestra última oportunidad.
-Os lo advertí.
Entramos de nuevo en el ascensor y salimos del hotel.
-Qué mierda.
-Ya.
-No me creo que te vayas a ir.
A continuación, la abracé hasta dejarla sin aliento y Sheila y Sophie se nos unieron. Me encantan ese tipo de abrazos entre mis mejores amigas. Solamente faltaba Emily. En cierta parte, también me entristecía no poder ayudarla.
-Tenemos que aprovechar al máximo los días que nos quedan juntas.
-No, tenemos que aprovecharlos para evitar que te vayas, porque tú tampoco quieres irte.
-Es que vosotras no sabéis lo que cuesta hacer cambiar de opinión a mi padre...
-Yo soy especial, nadie se niega a mi carita de cachorrito.
-Mmm, sí, Michelle. Te favorece un montón.
-Por supuesto.
-Tendrás a unos cuantos chicos babeando por ti.
-¡Qué va! Si el único que babea constantemente es Niall y ni siquiera ella se entera-las tres reímos por el comentario. Además de que era totalmente verdad.
-Uno: no es gracioso y dos: eso es mentira.
-Claro-ironicé-todavía no nos has contado vuestra cita en Nando's. O por qué estuviste un día entero sin contestar al móvil.
Sheila le dio un codazo a Michelle, que se estaba sonrojando cada vez más.
-Porque no es asunto vuestro-se cruzó de brazos.
-Somos capaces de preguntar a tu madre, ya que ella es la mayor fuente de información que se puede obtener.
-No os atreveríais. Ahora, tengo que irme. Ya pensaremos en otro plan mañana.
-Ok. ¡Hasta luego, chicas!
Nos despedimos con otro abrazo y un par de besos muy sonoros.
Comencé a andar hacia mi casa encogida en mi abrigo. No tardé mucho en llegar, porque vivo en el centro o porque el viento me ha arrastado hasta mi hogar, prácticamente, así que no me extraña que se hubiese puesto a llover durante el camino.
Me tiré boca arriba en mi cama. Ha sido una tarde de muchas emociones. Lo único es que habíamos malgastado el tiempo, como ya nos había indicado Alex.
Cogí el móvil de mi bolso y empecé a juguetear con él. Abrí el Whatsapp y le escribí un mensaje a Louis. Le añoraba un poquito. Bueno, quizás demasiado. Miré si había más gente en línea. Acerté, Harry también estaba en línea. Um, Harry...
Pegué un salto debido a lo ocurrencia de mi nueva y brillante idea. ¡Qué lista soy! Alex me lo iba a tener muy agradecido.
-Hola, Harry. ¿Cómo te encuentras?
-¡Hombre! Hola, Sophie. ¿Sabes? Estoy sentado al lado de tu novio.
¿Ya se había enterado de que salíamos? Cómo vuelan las noticias.
-Bien. Vigílamelo en mi lugar.
-Hecho.
-Oye, Harry, ¿estás muy ocupado esta próxima semana?
-Bueeno... ¿por?
-Necesito contarte una cosa superimportante y ultrasecreta.
En esta ocasión no respondió tan rápido. Es más, según el móvil escribía y borraba, así reiteradamente. Le animé para que aceptase:
-Es sobre Alexia, pero tengo que verte en persona si quieres que te lo cuente y prométeme que guardarás el secreto.
-De acuerdo. Te haré un hueco y tranquila, no tienes de qué preocuparte.
-Muchas gracias Harry. Cuento contigo.
-Espero servir de algo.
-Lo harás.
-Todo lo que haga falta por la novia de mi mejor amigo-bromeó acompañado de un emoticono sonriente.
-Es decir, que yo para ti solo soy la novia de tu mejor amigo, muy bonito, eh. Te has ganado una torta cuando nos encontremos.
>Aunque sé que lo haces por Alex-añadí.
-¿Qué tal está?
-Normal-para qué engañarle.
-¡Niños, la cena!-gritó mi madre desde las escaleras.
-Harry, tengo que dejarte. Un besito. ¡Adiós! Y cuida de mi novio.
-Vale, señorita, son cinco libras la hora.
-Jajajaja, idiota. No te basta con todo el dinero que ganas que ahora vas pidiendo.
-Un beso. Adiós-finalizó la conversación con unos emoticonos.
Hoy cené más alegre que de costumbre.
Si alguien podía solucionar esto sin dañar a nadie, ese era Harry.

*Narra Sheila*

Por más que llamase unas ciento millones de veces a Emily, nunca lo cogería. Estaba preocupada por ella y ya no podía ir a su casa a hacerla compañia porque era muy tarde.
De repente, oí que me llegó un Whatsapp, pero no tenía ganas de contestar. Este fin de semana se había convertido en, literalmente, una mierda.
Me puse el pijama, me lavé los dientes, me recosté en mi camita calentita y me relajé con la extraña sensación de que algo iba a cambiar dentro de poco.
                            ...
Maldito despertador, como lo odiaba. Con ese sonidillo son irritable... Pero, bueno, se me hacía imposible levantarme y no sé que haría sin él. Aunque mis padres podrían haberme comprado otro menos irritable.
Hoy era lunes, el comienzo de una nuueva semana. Y lo que era aún más relevante: primer día de exámenes finales en mi instituto, exámenes en que no había preparado. Creo que no había estudiado lo suficiente.
Revisé mis mensajes de ayer por la noche: de mis compañeros de clase, de las chicas, de mi madre preguntándome cómo estaba, deseándome buena suerte y avisándome de que teníamos comida congelada en el frigorífico. Y otro mensaje que me pareció extraño, un Whatsapp de Sophie. Os leo lo que puso:
"Hey, Sheila. Tengo que contarte una cosita. Te va a encantar."
¿Y eso? Decidí responderla antes de vestirme.
-¿Estás visible?
Al rato me vuelve a enviar un mensaje:
-¡Buenos días! ¿Has dormido bien?
-Buenos días-mencioné junto con un emoticono-¿qué es esa cosita que me tienes que contar? Date prisa, tengo que marcharme.
-El caso es que le he pedido a Harry que nos ayude, pero él todavía no sabe en qué nos va a ayudar.
-¡¿Qué?! ¿Por qué lo has hecho?
-Está más que claro que Harry puede arreglar las cosas. Y tú shh, tú tampoco lo deberías saber.
-¿Cómo que no? Hay que decírselo a Alex.
-¿Éstas tonta?
-No, Alex no quería que nadie más se enterase. Es algo confidencial.
-Pero Harry es Harry. Lo hubiera sospechado y se hubiese enterado tarde o temprano.
Suspiré. Creo, y solo creo, que podría sernos útil.
-Te had metido en un lío, aunque mis labios están sellados.
-¡Sí! Tú sigue las órdenes de la profesional.
-Uy, no me vengas pavoneando. Oye, a mí también me gustaría hablar con Harry.
-Vale, no hemos acordado una fecha exacta, pero se alegrará de tenerte allí.
-Okkis. Me voy, Sophie. Luego nos vemos.
Ciao! Buena suerte con los exámenes.
-Gracias. Igualmente.
Dejé el móvil en la mesilla y empecé a vestirme enseguida. Menos mal que mi hermano ya estaba abajo, me había preparado el desayuno y lo único que tenía que hacer era masticar y tragar toda la comida que mis dientes permitían.
Me despedí de mi hermano, salí de casa y corrí directamente hacia la parada de autobús que me llevaría al instituto.
Fiú. Justo a tiempo.
Al parecer, seguían quedando esperanzas.




Hellooooooooooou! ¿Cómo estáis queridos lectores? Espero que os haya gustado este nuevo capítulo. Perdón, ayer se me olvidó subirlo.
Os tengo que contar que tengo un grave problema: hay un virus o algo parecido un mi ordenador y no me deja meterme en blogger, por lo tanto no puedo subir caps desde el ordenador ni visitar otros blogs, por eso pido disculpas a las personas a las que comento en sus blogs, por si les había extrañado. Y ahora os estaréis preguntando: ¿cómo ha subido este capítulo? Pues porque pensé y me descargué la aplicación del móvil, en la que solamente puedo escribir y publicar, nada más. Lo digo para que estéis avisados. Perdón de nuevo si el cap es demasiado corto o si tiene faltas.
Bueno, muuuuuuuuchas graaaacias por leer y por comentar, aunque ya no pueda ver los pocos comentarios que me mandáis.
Un besito muy grande a todos.
¡Nos vemos dentro de una semana!<3

domingo, 9 de febrero de 2014

CAPÍTULO 43


*Narra Emily*

 

*Conversación telefónica.*

 

-¿Qué ocurre?

-Pues necesito que…

-¿Estás trabajando? Dímelo o cojo un vuelo y voy a buscarte.

-No.

Coge las riendas de la conversación. Mantente seria e indiferente. Hazle sufrir, pero ten cuidado, no te pases del límite:

-No quiero verte.

-¿Por? Estás de muy mal humor… Puedo ir a consolarte.

-No bromees. ¿Enserio te comportas como si no hubiese sucedido absolutamente nada? Hay que tener valor.

-No… no te entiendo.

-Y ahora te haces el inocente. ¿No piensas contármelo nunca? ¿Vas a seguir con el juego?

Mi tono de voz se fue elevando cada vez más. No me importaban las chicas de alrededor que entraban y salían del lavabo de señoras. Tenía que quitarme ese peso de encima.

-Emily… No sé de qué me hablas.

-¿Ah, no? Eso será que no me prestas demasiada atención. Estás más pendiente de otras cosas.

-No, no es verdad.

-¿Entonces por qué no me llamaste ayer?

-Te repito que me quedé sin batería.

-Lo tuyo no es inventarte excusas, eh.

-No te miento. Jamás te mentiría.

-Yo no te creo. ¿Dónde estuviste hace unos días?

-He estado viajando de un país a otro para la promoción del nuevo disco. ¿Te convence? Emily, no te enfades por una tontería.

-¿No has tenido ningún descanso?

-Que va.-Estuvo reflexionando.- Bueno, un día fui con los chicos a un pub.

-¿Solo con las chicos?

No contestó. Sabía que le había pillado. Se mantuvo en silencio durante un par de minutos, meditando de nuevo las palabras correctas a mi pregunta.

-¿Qué has visto exactamente?

Resoplé. Como era la única que permanecía en el baño me impulsé para subirme en la encimera del lavabo y me crucé de piernas.

-Te vi a ti… besándote con Perrie.

Eso sonó casi inaudible, no me atrevía a decirlo. Al parecer el sí que lo había escuchado.

-¡¿Qué?!

-Lo que oyes. Pero ya lo he entendido, si quieres que desaparezca, lo haré.

-Emily, se lo han inventado. Es cierto que coincidimos con Little Mix y finalmente nos invitaron a tomar algo. Perrie me pidió que volviésemos, le respondí en un millón de ocasiones con un rotundo no. Además, ella rompió anteriormente conmigo, tú misma lo presenciaste. Yo ya tengo novia, y eres tú, Emily. No hay ninguna otra. Yo no te haría ese tipo de cosas, nunca llegó a besarme.

Me mordí el labio muy nerviosa. Ha confesado de una forma tan fluida que probablemente no me esté engañando del todo. A lo mejor, ya tenía la historia preparada para cuando me llamara.

-No te creo… es que ahora no estoy segura de nada. Me gustaría… en primer lugar, que respetes mi decisión y no hagas que me arrepienta… será mejor que nos tomemos un tiempo. Hasta que aclare mis ideas. Lo siento, Zayn.

Esta vez tardó más en responder. No acababa de creerme lo último que he dicho.

Su respiración era desesperada y agitada. Seguramente no paraba de dar vueltas dondequiera que se encontrase, más histérico que cuando Michelle no conseguía sus galletas preferidas.

-Me duele más a mí que a ti. Yo pensaba que no eras así, que eras diferente y que no me iba a traicionar, pero resultarte ser todo lo contrario.

Comenzaron a resbalarme algunas lágrimas por mi rostro. Y yo que pensaba que las había agotado a lo largo del día.

-Esto no tiene sentido. Al menos déjame que te lo explique en persona.

-No, no hace falta que me visites, no te molestes.

-Por favor…

-Zayn… no compliques las cosas.

-Voy a hacer que cambies de opinión, cueste lo que cueste, lo sabes, ¿no? Porque te quiero y hay una parte en tu interior que también sabe que esa historia o lo que hayas visto es una farsa. Te comprendo.

-Adiós, Zayn. Que te vaya bien.

Colgué antes de que continuase para provocar que me sintiese culpable, lógicamente.

Me sequé mi cara humedecida y salí, por fin, del baño.

Mis amigas me observaron acercarme mientras recogía mis cosas.

-¿Qué tal?

-Me voy.

-¡¿Por?!

-Necesito… necesito estar sola. Si me disculpáis… Hasta luego, chicas. Muchas gracias.

Se despidieron con un gran abrazo, pero ni siquiera las presté atención. Me marché del Starbucks, total, solo que quedaba un cuarto de hora para que terminase mi turno. Mis amigas ya sabían que cuando yo quería estar sola, verdaderamente quería estar sola.

 

*Narra Alexia*

 

Terminamos nuestros respectivos Frappuccinos, las cuatro desanimadas por lo ocurrido con Emily. Sabíamos que lo más preferible era dejarla sola, ya que es una de esas personas que se calla sus sentimientos y preocupaciones para no perjudicar a la gente de su alrededor. Normalmente se le pasa enseguida, pero este asunto la ha hecho polvo.

Ninguna habló, no hacía falta. Tampoco Sheila mencionó una de sus bromas sarcásticas, que es la más consciente, la que hace que nos despertemos y regresemos a la realidad y afrentarnos a lo siguiente.

Si Emily había roto con Zayn el grupo no volvería a ser el mismo. No nos divertiríamos de la misma manera, no como antes. Me imagino a Emily distanciarse, sobretodo de él, entonces acabaríamos separándonos y yo no lo iba a consentir. ¿Pero cómo no lo iba a permitir si dentro de un par de semanas ya no estaré aquí? Si quería solucionar algo, lo mejor era empezar por la parte de impedir que me vaya. Soy yo la que también se distanciaría, eso me destrozaba.

Aunque la idea de las chicas no está nada mal, no iba a salir favorable. Si a mi padre se le mete algo en la cabeza lo retiene ahí adentro y casi nadie le contradice.

-Bueno, ya va siendo hora de irse, ¿no? He acabado mi turno.

-Sí. Próxima parada: convencer al padre de Alex.

-De verdad que no…

-¡Que sí! Vamos a ir y no se discute.

-Puf, vaaale.

-¡Bien!

Las chicas recogieron rápidamente sus cosas. No hay forma de pararlas los pies. Me rendí y agarré mi bolso, no sin antes comprar una magdalena a Michelle.

Nos dirigimos hacia el hotel donde se hospedaba mi padre. Me temblaban y me sudaban las manos. Nunca nada me había importando tanto. Además, yo tampoco quería quedarme quieta. Quería solucionar las cosas con mis padres.

Llegamos al hotel después de un largo rato, porque no conocía todos los hoteles de la cuidad y no traíamos un mapa. Entramos a recepción.

-Buenas noches, ¿sabe dónde se aloja el señor John Miller?

-Espere un momento, por favor-consultó algunos papeles en su ordenador-. Habitación 236.

-De acuerdo, muchas gracias.

-A usted.

Me reuní con mis amigas, que estaban aguardando en la entrada del hotel, en el que había bombones.

Les conté la información que me proporcionó el recepcionista y aunque se lo volviese a negar, las cinco subimos en el ascensor en dirección a la habitación.



¡Bueeeeeeeeeeeeeeeeeenas! Cuánto tiempo sin veros. ¿Como estáis? Espero que os haya gustado el nuevo capítulo, aunque creo que es un pelín corto pero supongo que no os importará. Y perdón por la tardanza, pero es que no saco tiempo para escribir.
Subiré la próxima semana, como siempre, al menos lo voy a intentar.
Muchaaaaaaaaaaaaaas graaaacias por leer y por comentar, os lo agradezco mucho mucho.
Me voy ya que tengo unas cuantas cosas que hacer.
¡Nos vemos! ¡Un besazo muuuy grande!
PD. ¡FEEEEEEEEEEEELICIDAAADES RETRASAADAS HAZZA! Loooooof ya<3

domingo, 26 de enero de 2014

CAPÍTULO 42


 

*Narra Emily*

 

Según el despertador que producía sonidos irritantes sobre la mesilla de la habitación de Sheila, ya eran las diez de la mañana.

Descubrí que Sheila no estaba en su cama, ya que no había nadie más en el cuarto y se escuchaban ruidos procedentes de la primera planta.

Me froté los ojos y me levanté.

Bajé las escaleras, me dirigí hacia la cocina y me encontré a Sheila y a su hermano preparando el desayuno.

-Buenos días. Mmm, qué bien huele. Buenos días, Tom.

-Buenos días, Emily.-Comentó un poco desorientado llevándose su desayuno consigo arriba.

-Buenos días, preciosa.

-¿Preciosa? ¿Has visto mi que pelo más enmarañado? Por cierto, gracias por el pijama.

-Ahora te presto un peine. No hay de qué.

Se sirvió el desayuno y realizó semejante proceso con el mío.

-¿Qué tal has dormido?-Prosiguió.

-Muy bien. El colchón era bastante blandito.

Si os soy sincera, todo lo que he podido. Creo que las ojeras se han ido instalando en mi cara conforme iba trascurriendo la noche, así que prefiero no mirarme en el espejo. Perdí la cuenta de las veces en las que me desvelé, por no comentar que no conseguí reconciliar el sueño hasta muy tarde.

Tuve que beberme un bajo de agua en mitad de la noche, que lavé con cautela sin molestar a Sheila, no quería causar problemas y fingir que estaba bien era lo mínimo, aunque sí que me encontraba más recompuesta que ayer.

Si estoy despierta pienso en él, si estoy dormida, pienso en él. Mejor dicho, fantaseo con él. ¿Cómo es posible echar tanto de menos a una persona? ¿Me importa tanto que necesito tenerle junto a mí cada minuto que pase? Cuando recuerdo lo sucedido, siento que le odio y que soy tonta sin entender por qué me hace sufrir de tal manera, y no quiero volver a verle la cara jamás. Bueno, eso va a ser muy complicado. Pero luego me detengo a pensar en el poco tiempo que llevamos saliendo y las pocas e inolvidables cosas que hemos vivido juntos en estas semanas. No había experimento esa sensación esa sensación nunca. Con nadie. Entonces, en ese momento, me siento feliz. Me apetece estar con él durante el resto de mi vida, abrazados el uno al otro siendo una pareja sin preocupaciones. Él me hace sentir la protagonista de esta historia. Me hace sentir me valore  todo lo que me ha ocurrido a lo largo de estos años. Me hace sentir satisfecha conmigo misma, con mis defectos y con mis cualidades. Me hace sentir un terremoto en el estómago cuando me besa.  Me hace sentir ser la única, la única chica en el mundo a su lado, como si solo existiésemos nosotros dos. Si sentís eso por una persona, eso es amor.

 Así que muy especial tengo que ser yo para enamorarme de un famoso al que le pueden ocurrir cosas inimaginables, y yo estaría involucrada. ¿Os habéis fijado en lo que acabo de escribir? Enamorarme. Pues sí. Esa palabra que contiene infinidad de significados dependiendo de la persona que lo expresa y muy fuerte si se percibe de verdad. ¿No creéis?

Ahora quiero llamarle, hablar con él… No, no y no. Otra vez con lo mismo.

Está claro que me he enamorado de un chico que, finalmente, no ha sido correspondido.

Es que ya no somos novios, ¿no? ¿Es necesario llamarle? ¿Decirle que le dejo por la que he visto en esa revista? Si yo no lo hago, tarde o temprano lo hará él. Sí, así podré olvidarme definitivamente de él.

Me había propuesto no saber nada de él, pero es una buena idea. Además, se lo merece. Se lo tiene bien merecido. Que se quede con su Perrie, yo ya encontraré al chico ideal.

Pasar de página. Esa es mi prioridad. Pero antes habrá que hacer una llamada.

 

*Narra Alexia*

 

Mi padre permaneció en casa hasta la madrugada, me imagino dando portazos en la puerta e incluso gritando como un loco. Ha desatado la faceta malhumorada de mi padre. Me es insignificante. Mientras, yo intentaba relajarme escuchando música lenta y triste, evitando a One Direction.

No he salido en todo el día de mi habitación, salvo para desayunar.

Por suerte, mi padre no estaba abajo, se habrá largado al hotel a descansar. ¿Es por eso por lo que vino desde Cambridge? Podría haberme avisado antes, creo que nos hubiésemos ahorrado un fragmento de la pelea.

Mi madre me ha contado que cuando acabe los exámenes del primer trimestre y comiencen las vacaciones de Navidad, me mudaré, así podré aprovechar y despedirme de mis amigas, disfrutar de los días que me quedan y bla, bla, bla. No hice caso, en algunas partes sí porque se notan que iban enserio. La primera vez que se ponen de acuerdo en un asunto. Algo esconden. Tampoco comprendo a mi madre, siempre andaba por la casa diciendo que los chicos cantaban genial y eran muy graciosos.

Tenía que impedir mudarme de aquí y sabía perfectamente que encerrándome en mi habitación no iba a llegar a ningún acuerdo, pero era una buena causa, si este fin de semana no estudiaba fijo que suspendía una asignatura, como mínimo. Y si no quería irme de Londres me venía conveniente aprobar.

Por el momento, me quedaré estudiando y después les comunicaré la mala noticia a mis amigas. Seguro que ellas me van a servir de gran ayuda y harán todo lo que esté en sus manos para que no me mueva a otra ciudad.

*Narra Michelle*

 

Alex nos llamó, al menos a mí. Me decía que pretendía quedar esta tarde en el Starbucks donde trabaja, tenía que contarme algo muy relevante. Y como Emily también traba allí, creo que las cinco vamos a coincidir, pero antes voy a saborear este riquísimo yogurt de chocolate que mi madre me ha comprado.

¿Y no os he comentado ya que no he parado de hablar con Niall por medio de mensajes? No os miento, desde lo del beso hemos permanecido más en contacto, aunque ninguno haya sacado el tema.

En sus ratos libres, me escribía. Nos podíamos pasar mucho tiempo escribiendo, con él los minutos corrían velozmente.

A veces dejaba que mi madre hablase con Niall. Sí, habéis leído bien: mi madre. Hubo un día de esta semana en el que estaba estudiando mientras escribía a Niall. No conseguía concentrarme y mi madre lo intuyó. Casi me confisca el móvil si no hubiese confesado con quién hablaba. Como ella es la mujer más curiosa de planeta Tierra, lo confesé. Ahora mi madre no hace más que mencionar lo simpático/ chistoso/ ameno/ tierno/ buen chico que es Niall. Peor que cuando le cogió cariño a Jake. No tuve más remedio que dejarle mi móvil, ya que ella no comprendía el funcionamiento de las redes sociales y su móvil era de esos del tamaño de un ladrillo y que abultaban más que tu mano.

Parecía obsesionado con él, de modo que entre ambas había un cambio de papeles: yo soy la madre casada y responsable que lo hace todo al dedillo y ella la adolescente alocada interesada en miles de chicos.

Pero bueno, sigue siendo mi madre y estoy convencida de que quiero mucho a mi padre. Además, los chicos jóvenes no son su tipo. Por eso lo ‘reserva’ para mí. Ni que fuese un objeto.

Si se enterase de que nos besamos ese día se pondría a tirar cohetes.

-Mami, me voy ya.

-¡Vale, cariño! ¡Diviértete!

Salí de casa. No estaba tan lejos, así que no tardaría.

Refrescaba un montón, tanto que se me voló mi gorro de lana. Se avecinaba tormenta, espero que nieve.

Por suerte, no fui la última en llegar. Cuando se presentaron las demás Emily y Alexia nos ofrecieron un Frappuccino a cada una.

Las dos estaban desanimadas, esperad a ver lo que nos cuentan…

-Chicas, os he reunido porque tengo que deciros una cosa muy importante, mejor saberlo ahora y hacernos a la idea.-se quedó un rato procesando lo que diría. Al parecer nadie sabía nada, la miramos sorprendida e impaciente.-Puede que el año que viene me vaya a vivir con mi padre a Cambridge.

-¡¿Qué?!

Ella solo asintió y se le escaparon un par de lágrimas. La consolamos.

Nos relató lo que pasó ayer.

-¡Wow, Alex! No te preocupes, nosotras estamos contigo, vamos a hacer todo lo posible para que no te marches, te lo prometemos.

-Muchas gracias chicas, pero no creo que cambie de opinión.

-¿Quién se viene a hablar con John?

-Dejadlo, chicas.

-Si nosotras le hablamos con él y ve que todo lo que piensa es mentira, le hará entrar en razón.

-No todo está perdido.

-Bueno, haced lo que queráis. Vais conmigo eh, ni siquiera sabéis dónde se hospeda.

-Claro, cuando salgas de aquí.-Sugirió Sophie.

-Me parece estupendo.-Contesté.

 

*Narra Emily*

 

-He logrado contactar con Liam, aunque no me ha dado tiempo a un “hola” y “adiós”, estaba muy ajetreado y tenía que colgar.-Me susurró Sheila mientras las demás discutían.

-Gracias por tu ayuda.

-De nada. ¿Se lo vas a contar?-Preguntó en un tono más alto de voz.

-¿Qué pasa, Emily?-Exclamó Alex.

Suspiré y comencé a relatarles yo también mi pésimo día. Las cuatro me abrazaron y no me soltaron hasta que mi móvil sonó.

-Es él…-Aseguró Sheila por mí.

El móvil se apagó y su nombre desapareció.

Fue Sophie la que rompió el silencio:

-Habla con él. Pienso lo mismo que Sheila. Ve y soluciónalo. Zayn no sería capaz de hacer ese tipo de cosas, y si es verdad, pues tú…

-Tú solo intenta solucionarlo.-Concluyó Michelle.

El móvil volvió a sonar. Me dirigí hacia el baño de chicas y deslicé el dedo hasta la tecla que me permitía hablar con él.

 

*Conversación telefónica*

-¡Hola, peque! ¿Cómo te encuentras? Te echo mucho de menos.

-Bien…-mal-.Yo-yo también.-No podía articular palabra, es escuchar su voz y que me fallen las piernas.

-Siento mucho no haberte llamado ayer, se me acabó la batería.

-Ya.

-¿Estás bien? Te noto rara.

-De eso quería comentarte una cosa…


Huuolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa:D ¿Cómo estáis? Espero que muy bien. También espero que os haya gustado el capítulo. Un poco trágico, ¿no? ¿Cortará Emily con Zayn? ¿Alexia se irá a Cambridge? ¿La madre conseguirá ligar con Niall? Bueno, os dejo con la intriga.
Una cosa más, puede que el fin de semana que viene no sube. Sé que será el cumple de Harry y me gustaría pasar por aquí el sábado, pero no creo que me de tiempo a escribir nada, solo eso. Ah, y que el próximo viernes se estrena por fin el videoclip de MM, teeengo unas ganitaas que no os lo imagináis. ;')
Muchísimas graaaaacias por leer y comentar.
¡Nos vemos! Un besito lectores<3

 

domingo, 19 de enero de 2014

CAPÍTULO 41


*Narra Alexia*

 

-¡¿Qué?! No, no podéis obligarme

-Tú todavía no eres mayor de edad. Además, Cambridge no estás a más de media hora. Los fines de semana podrás quedarte aquí.

-No, papá. No quiero irme.

-Hija… lo hacemos por tu bien.

-¿Y cuándo pensabas contárnoslo? El castigo sería mucho peor  si nos hubiésemos enterado más tarde. ¿O es que ibas a estar todo el tiempo escondida de nosotros con ese chico?

-Papá, es un amigo. A-mi-go.

-Me da igual. Te vienes conmigo, no hay más que hablar.

No aguantaba ahí abajo. No quería seguir con ese tema. Mis padres exageraban y dramatizaban todo lo que tuviera que ver con un chico.

Subí las escaleras rápidamente y me encerré en mi habitación.

Se supone que este día se había convertido en el mejor día de mi vida, y en un abrir y cerrar de ojos, las cosas dan un giro inesperado.

Tenía que impedir que mis padres criticasen de esa forma a Harry. Había que hacerles cambiar de idea si no terminaré aún más lejos de él.

 

*Narra Emily*

 

Después de mucho, mucho lloriquear, decidí que había que ser valiente, y que necesitaba desahogarme. No es justo tener que aburrir a los demás con tus problemas, ellos no tienen la culpa y no me comprenderían, aunque me digan que no pasa nada y que se solucionará o cosas por el estilo. Pero no puedo ser una debilucha a la que todo le afecta. Y bueno, no me apetece malgastar mi sábado por la noche.

Me encontraba caminando sola por las calles de Londres. Hace demasiado frío y creo que no me he abrigado lo suficiente. Por qué tengo que vivir en la otra punta de la cuidad. La parte mala es que no voy a llegar nunca y la parte buena es que me sirve para despejarme y tomar el aire, bastante aire, el viento no hacía más que soplar contra y cara. Temía que comenzase a llover.

Ojalá estuviera aquí para abrazarme y sentirme más protegida envuelta en sus cálidos brazos. Puf. Pero claro, probablemente él estará abrazando a otras personas.

Aparta esa imagen de tu mente, Emily. Tengo que olvidarme de él, pasar página, intentar que él no sea el protagonista de mis pensamientos, como ahora. A ver si soy capaz… mmm… no. ¡Es imposible! ¿Cómo puedes dejar de querer a alguien así, de repente? Decidme vuestro truco, por favor.

Ni siquiera me ha llamado esta noche. Siempre me llamaba. Ayer me llamó, por ejemplo. Me dijo que me quería. Últimamente nos despedíamos de la misma manera. Esas palabras hacían levantarme cada vez más optimista por las mañanas, sobretodo los lunes. Lo que odio yo el instituto no es normal.

Pero claro, él estará ‘confesándole’ las palabras exactas a otra persona.

Ya he llegado a casa de Sheila. Creía que se me iban a desplomar los pies.

Pulsé el timbre y esperé.

Seguro que no se espero lo que le tengo que contar.

 

*Narra Sheila*

 

¿Quién llama a estas horas de la noche? Ha interrumpido mi maratón de nuevos episodios de Castle.

-Hola, Sheila. ¿Vengo en mal momento?

-Hola… bueno, ¿no crees que es un poco tarde?

-Lo siento. Me encuentro fatal y… he pensado que no estarías ocupada.

-Em, ¿qué ha ocurrido?

-¿Puedo pasar?

-Claro.

Por su expresión, nada bueno, por eso ha recurrido a mí. ¿Quién se  hace llamar amiga si no ayudas y respetas a esa amiga?

Mi hermano no se habrá enterado de que tenemos una invitada, no se despega de la videoconsola, incluso hay veces que come en su habitación cuando mis padres no están en casa. Y ellos estarán disfrutando en una cena importante de trabajo, y como su obligación es causar buena impresión, ya habrán sacado un tema de conversación que durará por lo menos media hora, así que regresarán a medianoche.

Y Emily, ¿cuál será su tema de conversación? Se la ve cabizbaja y con la mirada puesta en el infinito.

Se sentó en un extremo de mi cama y yo en mi silla de escritorio. Me  empujé hacia delante y acercarme a ella.

-¿Me vas a contar lo que te ha ocurrido?

Emily solamente mostró un montón de papeles enrollados que estaban guardados en su bolso. Ah, creo que era una revista.

-Página veinticuatro.

Emily se abrazó tristemente a un cojín mientras yo leía el artículo de la página veinticuatro. Era un artículo dedicado, como otras tantas veces, a One Direction, especialmente a uno en concreto.

-¡No puede ser!

-Pues esto lo demuestra.

-Seguro que se lo han inventado. Seguro, los periodistas escriben esto y más para que la gente compre esta mierda y lo lea.

-No te enfades, Sheila. No parece ser inventado, al menos las fotos. No es photoshop.

-Entonces, tiene que hablar con él y…

-No.

-¿No confías en él? ¡Zayn sigue siendo tu novio!

-¿Por qué tendría que confiar en él? Míralo.-Alzó la revista con las dos manos y la colocó a la altura de mi cara.-Se está besando con otra chica. En este caso, con Perrie. Delante de cientos de personas, incluyéndome a mí. ¿Quién sabe si en este momento están juntos? ¿Tú no estarías dolida, eh?

Resoplé. Esa es una pregunta difícil de responder.

-Claro que estaría dolida.-Mi amiga empezó a llorar. No me gustaba verla en ese estado.

-Yo… yo creía que… creía que era diferente… que no me engañaría… que no era como los demás y… y he sido una completa idiota que únicamente se… se deja llevar por sus sentimientos.

-Retira eso.-Instintivamente, tiré el cojín al suelo y la abracé muy fuerte.

No sabía por la que estaba pasando, nunca me había sucedido, pero lo mejor es tener a alguien de compañía apoyándote, ¿no? Emily siempre ha sido muy reservada, es decir, que si se ha atrevido a charlar un rato conmigo, esto es grave y hay que actuar con mucho cuidado. Estaba destrozada y se le notaba. Si Liam me hiciese algo similar después de todo, no me levantaría en meses.

Sin duda, había que dar con alguna forma de que Emily y Zayn reparasen su relación, ya que Zayn no se atrevería a besar a otra en público-ni ninguno de los chicos-y Emily tiene que entrar en razón.

-Venga, anímate. Sabes que no me gusta verte triste. A lo mejor iba borracho.

-Ya… aunque no consigo quitármelo de la cabeza.

-¿Sabes qué? Yo llamaré a Liam y entre los dos deduciremos si es cierto o no.

-No, no hace que te involucras en esto…

-Me involucro si quiero. Y qué casualidad que quiero involucrarme.

-Que no.

-Que sí.-Contesté prolongando la ‘í’.

-Que no.

-Que sí.

-Y dale, que no.

-Que sí, no voy a cambiar de opinión, tú verás.

-Eres muy cabezota, ¿eh?

-Todas somos iguales.

Emily esbozó una pequeña sonrisa. Creo que he logrado alegrarla un poquito, aunque no el ciento por ciento.

-¿Qué tal si te quedas a dormir? Tengo un colchón de sobra.

-No sé…

-Yo convenzo a tus padres.

Finalmente, Emily llamó a sus padres y, afortunadamente, les permitió quedarse, con la condición de que no volviese a ocurrir este improviso.
 
Mañana intentaré contactar con Liam.

Mañana será un día muy largo.



HEEEEEEEEEELOUES:D ¿Cómo estáis? Espero que os haya gustado el cap, creo que es un poco corto pero bueno, es todo lo que he escrito en estos días.
Hoy pongo nada más, que luego os aburro y tengo cosas que hacer.
Muchaaas graaaaaaaaaaaaaacias por leer y también a las personitas maravillosas que comentan.
Como siempre, intentaré subir la próxima semana. ¡Nos vemos!
Besooos<3

domingo, 12 de enero de 2014

CAPÍTULO 40


*Narra Emily*

 

Las lágrimas que brotaban bajo mis mejillas no se detenían. Mis llantos son lo único que se oye en mi habitación, salvo por el fuerte viento que golpeaba mi ventana. Estaba tumbada sobre mi cama y ya había originado un gran círculo húmedo en mi sábana.

Ni siquiera he querido bajar a cenar o explicarles a mis padres por qué no paraba de llorar. Ellos no lo entenderían.

¿Cómo he podido caer tan bajo? Siento una gran punzada en el corazón. ¿Es eso lo que se siente cuando te mienten y te rompen el corazón en dos? No me había sentido así en mi vida. Él me ha roto el corazón, y no se lo voy a perdonar.

Yo creía que él era diferente, que al menos demostraba que me quería, pero resulta que todo ha sido una mentira. Que todo este tiempo ha estado jugando conmigo. Mejor enterarse tarde y no cuando nuestra relación hubiese ido a más, si él lo consideraba relación, a saber con quién se encuentra los días que dice que está “ocupado”. Y no lo asimilo, me avergüenzo de mí misma por haberme dejado engañar.

Debería hablar con él y solucionarlo… no, no, no y no. No soy ciega y sé perfectamente lo que he visto.

Es algo muy doloroso. ¿Por qué hace eso? No se me ocurren razones. No puedo quedarme lloriqueando como una niña, lo sé, pero ¿alguna vez os han traicionado, os han pisoteado y te has derrumbado tanto hasta el punto de no saber cómo seguir adelante ahora?

Quizá, esa atracción que siento por mi novio es más fuerte de lo que pensaba.

 

*Narra Alexia*

 

Entramos en un gran apartamento. Casi todo patas arriba, no me esperaba menos de él.

-Perdón por el desorden.

-No importa.

-Ponte cómoda hasta que yo vuelva.-Asentí y me senté en el sofá.

¿Para qué me necesita? ¿Acaso voy a ser su criada a tiempo parcial y recoger todas estas cosas? No, no creo, aunque por lo que estás tardando puede estar buscando una escoba o un paño, pero no, traía un par de cajas.

-He pensado.-explica mientras se rasca la nuca.-que podrías ayudarme a decorar esto, siempre es mejor en compañía.

Abrió los ojos y descubrí que dentro había un montón de adornos de Navidad. Oh, ¡pues he estado rallándome la cabeza para esto!

-Me encantaría. ¿Y por qué tanto misterio? Me dejaste con la intriga.

-¿Ah, sí? ¿Qué creías que íbamos a hacer?

Mis mejillas se acaloraron y le tiré un cojín a Harry.

-¿Empezamos o qué?

-Cuando tú quieras.

Me ofrecí a limpiar y recoger el salón y colocar los adornos en los que de verdad no pareciese que Harry viviera aquí, la decoración de interiores es mi punto fuerte. Harry hacía el intento de árbol de Navidad.

-¡Harry! ¿Harry, dónde estás?

-¡Aquí!

-¿Qué hacías?

-Es que… he ido a comprobar si habías cerrado la puerta en condiciones, a veces se atasca.

-Vale… ¿Vienes o no?

-Claro.

Comenzamos a decorar el árbol. Nos llevó más de lo normal, porque Harry no era normal.

Regreso al sofá agotada.

-Ahora me toca compensarte.

Enciende la tele.

-¿Con qué me vas a sorprender?

-Con una cena de rechupete.

Debería comentarle que mi madre estará desesperada intentando localizarme, pero no quería irme, es la primera vez en días que me divertía.

Me dispuse a preparar la mesa cuando supe que no aguantaba quieta.

Más tarde, Harry apareció con dos platos de macarrones con tomate. Me llevé unos cuantos a mi boca.

-¿Está rico?-Preguntó.

-Mmm… nada en comparación con los de mi madre, aunque está rico.

-Entonces, eres bienvenida si te apetece comer macarrones, es mi especialidad.

-Como ya he dicho, prefiero los de mi madre.

-Pasaré de nuevo por tu casa para que me dé la receta.

No me imagino presentándote a mi madre, sería un momento embarazoso. Y no hablemos de mi padre, él es un padre protector, si se enterase de que estoy cenado con el mismísimo Harry Styles, me encierra hasta los cuarenta.

Terminamos de cenar, estuvimos charlando de los compromisos del grupo en estas semanas hasta que el cielo se oscureció.

-Es hora de que me vaya.

-¿Ya?

-Sí, Harry.

La parte más difícil: la despedida. Llegamos a la puerta y permanecimos en silencio mirándonos, sin saber si salir corriendo o abrazarle.

-Oh, mira lo que hay ahí arriba.

-¡Vaya! Me pregunto quién lo habrá colgado…

-Yo también.  

Muérdago, por eso había desaparecido antes. Lo odio, pero todos sabemos lo que viene a continuación.

Harry se acercaba a mí lentamente y yo me alejé de él.

-¿Es por Will?

-¿Qué? No, no le veo desde… ese día. Es solo que… no estoy preparada. Me voy.

-Lo siento, no voy a dejarte ir.

Me apretó delicadamente con sus manos y me dejó inmovilizada. Mierda. Estoy atrapada.

‘Eres una cabezota. Está dispuesto a besarte, estás dispuesta a besarle, ¿cuál es el problema?’ Ay. Qué situación más complicada. ‘Ni complicada ni nada. Dile lo que deseas decirle.’ ¿El qué? ¿Qué me voy a mi casa? ¿Qué me suelte? ‘No, que le quieres.’

Conciencia, eres más lista que mi cerebro. No me has resuelto las dudas, pero Harry sigue esperando una respuesta.

Me incliné y, simplemente, le besé, y no me arrepiento de tener la oportunidad de probar sus labios. Son dulces, al igual que el beso, para saborear cada segundo. Sonreí dentro de su boca a la vez que le acariciaba el pelo.

La falta de aire produjo que los dos nos separásemos, por desgracia. Mi conciencia tiene razón: ¿por qué no le he besado antes?

-Bueno, no ha estado mal, ¿verdad?

-Verdad.

-¿Seguro que no te puedes quedar?

-Es que como nos hemos besado, no me apetece separar de ti justo ahora.

-Tranquilo, ya nadie nos va a separar. Adiós, Harry.

-Adiós, preciosa.-Nos despedimos con un corto beso y me fui.

Hay un problema que tanto yo como Harry no hemos planteado: vive a las afueras y no tengo un medio de transporte. Tuve que pedir un taxi que es lo más rápido -y caro-con lo que iría a casa.

-¡Hola mamá, he vuelto!-Saludé al pisar la entrada de nuestra casa.

-¡¿Alex?!-Mi madre bajó las escaleras.-¡Al fin apareces! ¡Estaba muy preocupada por ti! ¡Solo a ti se te ocurre dejarme una nota!-Gritó desesperada elevando las manos. Continuó exclamando frases sin sentido. Yo estaba demasiado feliz para

-Mamá, solo he ido a visitar a Sheila.

-¿Enserio? He llamado a tus amigas y ninguna sabía se encontraba contigo.-Contestó mi padre.

Joder, en qué lío me he metido. Vamos de mal a peor.

-Ya.

-¿Has estado con ese cantante?

-Sí, ¿c-cómo…?-No podría ocultarlo más, es mi padre.

-Te vi en las noticias. Para una madre su hija es inconfundible.

-No me parece bien que salgas que ese chico.

-¿Por qué? Papá, no es como tú piensas.

-Todos son iguales.

-Te equivocas, tú no le conoces.-Empezaban a salirme las lágrimas. Son crueles conmigo.-Mis amigas también quedan con ellos.

-¡Pero tú eres mi hija, no ellas!

-Alex, tu padre y yo hemos tomado una decisión.-Indicó mi madre calmando a mi padre. ¿Qué decisión?

-Vas a venirte a vivir conmigo a Cambridge.
 
 
 
 
¡Bueeeeeeeeeeeeeenaaaas! ¿Cómo estáis? Espero que os haya gustado el cap., pero a mi no me convence, no me ha gustado nada como lo he escrito y esta semana no he tenido imaginación. Pero como dije que subiría este fin de semana, aquí lo tenéis. ¿Qué pasará? Hay que admitir que es un capítulo muy triste, pero todo se solucionará, aunque no sé de qué forma.
Y bueno, ¿qué tal el comienzo del segundo trimestre? Yo estoy deseando que llegue ya las vacaciones de Semana Santa-.- Intentaré subir el próximo fin de semana.
Por último, ¡muchas felicidades a nuestro queridímo Bradford Bad Boy! Se hace mayorcito, como todos. Solo quiero que sepa (aunque no lo vea) que gracias por hacerme feliz y sacarme una sonrisa siempre, que estoy muy orgullosa de él y que le quiero mucho, aunque esto es solamente un resumen. Como él dijo cuando estuvo en MSG: "I'm just a little boy of Bradford and now I'm smashing it".
¡Nos vemos dentro de una semana! Un besazo<3