domingo, 23 de junio de 2013

CAPÍTULO 6


*Narra Sophie*

 

 

Abrí los ojos. Seguía teniendo sueño. Me levantó un poco de mi colchón y vi que estaba sola. Miré el reloj de la mesilla de Michelle y ya eran las 11 y media, si es que yo soy la más perezosa en cuanto a despertarse antes.

Bajé las escaleras, fui hacia la cocina y vi que las demás estaban preparando el desayuno.

-Buenas dormilona.-Dijo Emily dirigiéndose a mí. La hice una mirada de pocos amigos.

-Jaja, tú sí que tienes un mal despertar.-Se rió Alexia.

Las ayudé a preparar las cosas para desayunar. Mientras, estuvimos viendo la tele, en concreto Mtv, siempre había música un sábado por la mañana.

-¡No, no, no!-Gritó Alexia tapándose los ojos con las manos.

-¿Qué pasa hora?-Pregunté desconcertada.

-¡KISS YOU!-Exclamó Sheila nada más terminar su zumo de naranja.

La amiga de rizos parecía muy avergonzada por lo que le pasó ayer, ya pienso que es normal. Justo cuando vimos la parte en la que Harry le tocaba cantar y se le escapó un pequeño gruñido. Era muy graciosa siempre que se ponía así.

En el video vi a un chico de pelo castaño haciendo el tonto en un coche rojo con otro chico rubio con gafas. ¡Ay, que mono! Creo que se llama Louis, bueno no es que no me guste One Direction, pero tampoco soy tan fan de ellos.

Alrededor de una hora después cada una nos fuimos a nuestras casas, a ver si conseguía relajarme un poco del palizón de ayer.

 

 

*Narra Sheila*

 

Hoy no me pude ir a casa con Sophie, tenía que ir al hospital a terminar mis prácticas y por cierto ya llegaba tarde. De repente empezó a llover y tuve que ir corriendo unas cuantas calles. Llegué sana y salva pero me mojé hasta los calcetines. Entré y me dirigí a la sala de los niños.

Mi trabajo no era muy complicado, tenía que estar acompañada de un supervisor y a partir que ahí lo que hacía era seguirle y ver como se hacen las cosas. En este turno me tocaba con Holly, muy maja. Lo mejor de todo esto es que yo entregaba a los niños la comida en el hospital, así podía hacer nuevos amiguitos.

Cogí la comida y abrí la puerta de la habitación 237.

-¡Hola Luke! ¿Cómo te encuentras?-Luke era un niño pequeño de unos 9 años. Hace unas semanas había tenido un accidente de coche y el consiguió sobrevivir, aunque ahora tiene que estar en silla de ruedas. Su padre era el conductor y estaba en coma y a su madre no pudieron revivirla.

-Bien. ¿Qué hay de comer? Tengo mucha hambre.-Dijo levantándose de la cama.

-Oye no te levantes, tienes que cuidarme y eso conlleva estar en reposo.-Le expliqué casi con una mirada de súplica.

-Jo, está bien.-Respondió con cara de tristeza.-Pues mira he traído para comer macarrones con tomates, un poco de pollo y de postre cerezas, como te gusta a ti.-En cuanto dije eso la cara del niño se iluminó.

-¡Qué rico! ¿Y a qué esperamos? ¡A comer!-Exclamó con el tenedor ya en la manos.

Al terminar de comer estuve un rato jugando con él y le conté un cuento. Le tenía mucho aprecio. Fue ingresado el mismo día que empecé a venir aquí.

Me despedí de él y salí de la habitación. Desde la ventana de la planta en la que estaba puse divisar a un montón de chicas a la entrada del hospital. Qué raro.

Ya casi era la hora de que terminar mi turno, así que cogí mi bolso y por ultimo subí las escaleras hasta llegar a otra habitación. Di unos toques a la puerta, por si acaso, y después entré.

-Buenas tardes Lucy. ¿Qué tal? Tengo un regalo para ti.-Me dedicó una gran sonrisa. Lucy era una niña, también de unos ocho o nueve años que tenía un cáncer infantil y tenía que estar aquí por las prótesis que le daban. Me daba pena, pero a mí me gusta hacer feliz a los niños.

-Hola Sheila. Me alegro de verte.-Se levantó de su cama, le iba a decir que no pero bueno, no me dejo y se puso a saltar.- ¡¿Qué tienes, qué tienes?! ¡Quiero verlo!-Jaja, que graciosa, pero se empezaba a impacientar. Saqué de mi bolso un papel gigante que tenía de estampado a cinco chicos. Lucy se puso a saltar y a gritar con más fuerza. Me dio un fuerte abrazo y yo no paraba de reírme.

De repente se abre la puerta.

-¡Hola!-Exclaman desde el otro lado de la puertas cinco caras sonrientes que podían distinguirse perfectamente desde cualquier punto de vista.

 

 

Lucy no paraba de correr y gritar por la habitación. Yo en cambio, estaba mirándolos quieta con la boca abierta. Estaba atónita. Pocos segundos después la niña se paró y gritó:

-¡ONE DIRECTION! ¡One Direction está aquí en mi habitación! ¡Oh soy una gran fan aunque todavía tenga 9 años! Sheila mira, ¡¿lo estás viendo?!

Lucy corrió hacia mí y me tiró de mi camiseta. Bajé mi mirada y moví la cabeza de arriba a abajo. Luego volví a alzar la vista hacia ellos y estos miraban hacia mi mano.”Mierda, sigo teniendo el poster”. Sentí que mis mejillas enrojecían y mis nervios no iban a aguantar mucho.

-¿Queréis jugar conmigo?-Puf, gracias Lucy.

-Claro.-Contestó Louis alegremente. Pero qué guapos eran todos.

Los chicos se pusieron a jugar con mi amiguita y como yo no pintaba nada ahí decidí irme. Iba a coger mi bolso cuando alguien me hablo.

-Hola.-Dios, esa sonrisa me mata.

-Emm… Ho-ola… Liam.-Le contesté. Los nervios ya estaban desapareciendo.

-¡Vaya! Si sabes mi nombre, veo que te gusta el grupo.-Es tonto o que le pasa.

-Por supuesto que sí, me encanta vuestra música.-Dije un poco avergonzada.
-Gracias. ¿Eres familiar de Lucy? ¿Trabajas aquí? ¿Cuántos años tienes?-Me interrogó.
-A ver… No. Bueno, hago unas prácticas y cuido a niños. Y 17 años.-Le respondí.- ¿Y vosotros que hacéis por este hospital?
-Estamos visitando a los niños, es por una buena causa.-Soltó una risilla y yo le seguí. Me pareció raro que no supiera que iban a estar aquí, soy directioner y lo sabía todo sobre ellos, pero lo importante es que ya estaban ahí, encima yo hablando con Liam Payne. Miré a mi reloj.
- Ya es tarde, me tengo que ir además ya he acabado mi turno.-Me daba pena despedirme.-¡Adiós chicos!-Grité lo suficiente para que me escuchasen todos.
-¡Hasta luego, Sheila!-Gritó Lucy, vino hacia a mí y me dio un beso.
-¡Adiós Sheila!-Exclamaron al unísono Harry, Louis, Niall y Zayn. Que guay, se habían quedado con mi nombre.
-¡Espera! Emm… Podríamos darnos nuestros números y así… mantenernos en contacto emm, ¿te parece?-Me preguntó Liam. Ahora era él el que se ponía rojo.
-Pues… Sí… -Al chico se le iluminó la cara. Nos intercambiamos nuestros números. Me despedí de nuevo, cogí un ascensor y salí del hospital. Caminé unas calles y cuando llegué a una en la que no había demasiada gente me puse gritar, para soltar toda la emoción contenida y que no había hecho instantes antes.

Bueeeeenaaas:3
Aqui os traigo otro cap., y creo que esta vez es mas largo.
Espero que os guuste y pliis comentar para saber que os
parece mi novela. Un beesito!

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