*Narra Sheila*
Para cuando entré en mi casa ya eran 7, y ya que hoy
estaba muy cansada por todo lo ocurrido, me puse a ver la tele con palomitas.
Sobre las 9 y media decidí que ya era suficiente por esta
tarde. Subí a mi habitación, pero me encontré con alguien más dentro.
-¡TIM QUE ESTÁS HACIENDO AQUÍ!-Grité con mucha furia en
todo mi cuerpo.
-Lo siento hermanita, vi que esto estaba muy desordenado
y por qué no limpiarle la habitación a mi hermana favorita.-Dijo con una
sonrisa pícara en la cara y revolviéndome el pelo con su mano, puede que tenga
16 años, pero es un pelín más alto que yo.
-Primero, no me llames así, soy mayor que tú; segundo, mi
habitación está bien solo que eres un maleducado y como bien hermano que eres
entras sin permiso; y tercero, solo tienes una hermana y aun así no creo que
sea la favorita.-Le respondí colocando las cosas que había dejado por ahí.
-Venga Sheila, solo era una broma, ya me voy.-Se disculpó
y se dirigió hasta la puerta.- Oye por qué tenías unos papeles de casas en tu
mesa.
Me dirigí mi escritorio y vi que esos papeles que decía
él no estaban.- ¡¿Dónde los has metido?!
-Tranqui, están en el cubo de la basura.- Respondió
apoyándose en la puerta. Yo fui hacia la entrada donde estaba ese cubo de la
basura.- ¿Para qué quieres eso?
-Bueno verás… es para ver una casa en donde podamos vivir
mi amiga Sophie y yo.-Aclaré y luego fui otra vez a mi escritorio a dejar los
famosos papeles.
-¿Y cuando pensabas contárselo a mamá y papá?-Preguntó
curioso.
-Papá y mamá están de viaje de aniversario, pensaba
decírselo cuando regresaran el miércoles.-Mi hermano podía ser muy cotilla a
veces.
-Bien, es decir, me vas a dejar solo. Me voy ya
hermanita, que descanses.-Cerró la puerta con un portazo y fue directo a su
habitación, a saber lo que hace allí.
Como no, a mí me tocaba recoger todo lo que había cogido,
no era mucho pero estaba muy cansada. Terminé mi tarea y me acosté en mi cama
sin hacer nada más. Espero que mañana no sea tan ajetreado como en estos dos
últimos días.
*Narra Michelle*
Era el comienzo de otro día, yo lo comenzaba muy bien,
era casi la 1 de la mañana, aunque era domingo así que no me importaba.
Después de mucho pensar me levanté. Bajé a la cocina
donde se encontraba mi madre haciendo una gran paella para la comida.
-Buenos días mami.-Le dije frotándome un ojo.
-¿Buenos días? ¿Tú has visto la hora que es? Menos mal
que te has despertado, a lo mejor teníamos que llevarte al hospital.-Se burló
mi madre, muy chistosa ella.
-Ja ja ja, es que estaba muy cansada por estos
días.-Respondí.
-Te creo, ¿qué tal el viernes?-Me preguntó.
-Genial mamá, y si piensas que te voy a contar detalles,
te equivocas.
-Yo no he hecho eso, encima que tu padre y yo estuvimos
trabajando y tu tía se ofreció para cuidar a tus hermanos, no te pongas así
conmigo.-Me regañó.
-Vale, perdón.-La di un beso de reconciliación en su
mejilla.
-Anda, no me hagas la pelota, vete al salón con tus
hermanos a ver la tele mientras yo preparo la comida.-Yo la hace caso. La di
otro besito y salí de la cocina, ni sin antes coger una cajita de galletas, mi
estómago no iba a aguantar mucho más.
Entré en el salón de mi casa, muy decorado; ya que mi madre
le gustaba mucho, aunque mis hermanos no es que ayudasen.
-¡Hola a los dos!-Exclamé. Mis hermanos ni se inmutaron
al verme, estaban demasiado distraídos viendo la tele. Se llamaban Claudia y
Andy, tenían 12 años, eso quería decir que eran mellizos. Cogí el mando de la
tele para cambiar de canal pero al
segundo los dos me lo arrebataron. Debe de ser que esta vez estaban los dos
contra mí, la de veces que se peleaban entre ellos.
Mi madre nos llamó para comer. Estuvimos hablando y yo
prácticamente me comí la mitad de la paella que hizo mi madre.
Cuando terminamos todos me escaqueé de recoger la mesa y
subí hacia mi habitación. Me apetecía mirar mi móvil, y lo hice. Tenía un
mensaje:
“Hola. Sé que te parecerá un poco raro, pero hace mucho que
no nos vemos y me gustaría quedar contigo, ¿el próximo viernes a las 6 está
bien? Contéstame.”
Jake, xx.
Dios, pero si era Jake es que
me envía el mensaje, todavía no me lo creía. El ruido de mi hermana subiendo
las escaleras. Tenía que responderle, aunque ya estaba clara
la respuesta a su mensaje. Ahora solo quería que llegase el viernes. Me dejé
caer en la cama con una gran sonrisa de oreja a oreja pensando qué podría
suceder aquel día.
…
*Narra Emily*
Lunes. Odio los lunes de
verdad, pero una se acaba acostumbrando con el paso del tiempo. Tocaba otro día
de instituto, y como un buen lunes que era tocaba una estupenda asignatura, Historia.
Tan absorta estaba en mis
cosas que no me di cuenta de que era muy tarde.
Estaba lloviendo y tuve que acelerar mi paso para llegar a tiempo. Quedaba justamente un minuto para que cerrasen las puertas del insti. Por suerte llegue a tiempo, el conserje fue
bueno y me dejo pasar. Iba
con cinco minutos de retraso, llamé a la puerta, me abrieron y como
consecuencia de llegar tarde tuve que ir al despacho del director a que me
pusiera una falta por llegar tarde. De verdad, ese profesor me tiene manía.
Después de la divertida clase
de Historia, también tuve que aguantar más asignaturas hasta que por fin sonó
el timbre que anunciaba que podíamos salir.
Seguía lloviendo, y como yo
vivía lejos de mi insti, pedí un taxi que me llevo a mi casa.
Cuando llegué comí con mi
familia, hice la tarea que me dieron por la mañana y el resto del tiempo lo
aproveché en escuchar música.
Sobre las 5 y cuarto apagué
mi ordenador, tenía que ir a trabajar. Era mi segunda semana trabajando en el Starbucks
y no quería llegar tarde, la semana anterior lo hice dos de los cuatro días que
tenía que ir allí. Lo mejor era que estaba con Alexia.
*Narra Alexia*
Ya era las 6 y Emily todavía
no había venido, siempre llevaba tarde, o la próxima se daba más prisa o fijo
que la despedirían. Estaba esperándola en la puerta de la cafetería pero como
veo que no venía, decidí entrar. Saludé a mi jefe, Dave, y me puse manos a la
obra. A estas horas la verdad es que el Starbucks se estaba llenando de gente,
pero yo me las apañaba, aunque si estuviera mi amiga sería mucho mejor.
Al poco rato de empezar subí al
piso de arriba a recoger las mesas, eso significaba que en local había mucha
gente, pero pude divisar en una mesa alejada una cara muy familiar para mí.
Hola holitaaaaaaaaaaaaa.
Os dejo otro capítulo, creo que es larguito, o al menos yo he
escrito más que en los otros. Intentaré escribir cuando pueda.
Pooooor favor comentad sobre esta cosa que escribo jajaja ;)
Ah y puede que se cambie el tipo de letra, es que mi ordenador
está tontito.
Hope you like it(: Kisseeeees!
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