miércoles, 26 de junio de 2013

CAPÍTULO 7


*Narra Sheila*

 

Para cuando entré en mi casa ya eran 7, y ya que hoy estaba muy cansada por todo lo ocurrido, me puse a ver la tele con palomitas.

Sobre las 9 y media decidí que ya era suficiente por esta tarde. Subí a mi habitación, pero me encontré con alguien más dentro.

-¡TIM QUE ESTÁS HACIENDO AQUÍ!-Grité con mucha furia en todo mi cuerpo.

-Lo siento hermanita, vi que esto estaba muy desordenado y por qué no limpiarle la habitación a mi hermana favorita.-Dijo con una sonrisa pícara en la cara y revolviéndome el pelo con su mano, puede que tenga 16 años, pero es un pelín más alto que yo.

-Primero, no me llames así, soy mayor que tú; segundo, mi habitación está bien solo que eres un maleducado y como bien hermano que eres entras sin permiso; y tercero, solo tienes una hermana y aun así no creo que sea la favorita.-Le respondí colocando las cosas que había dejado por ahí.

-Venga Sheila, solo era una broma, ya me voy.-Se disculpó y se dirigió hasta la puerta.- Oye por qué tenías unos papeles de casas en tu mesa.

Me dirigí mi escritorio y vi que esos papeles que decía él no estaban.- ¡¿Dónde los has metido?!

-Tranqui, están en el cubo de la basura.- Respondió apoyándose en la puerta. Yo fui hacia la entrada donde estaba ese cubo de la basura.- ¿Para qué quieres eso?

-Bueno verás… es para ver una casa en donde podamos vivir mi amiga Sophie y yo.-Aclaré y luego fui otra vez a mi escritorio a dejar los famosos papeles.

-¿Y cuando pensabas contárselo a mamá y papá?-Preguntó curioso.

-Papá y mamá están de viaje de aniversario, pensaba decírselo cuando regresaran el miércoles.-Mi hermano podía ser muy cotilla a veces.

-Bien, es decir, me vas a dejar solo. Me voy ya hermanita, que descanses.-Cerró la puerta con un portazo y fue directo a su habitación, a saber lo que hace allí.

Como no, a mí me tocaba recoger todo lo que había cogido, no era mucho pero estaba muy cansada. Terminé mi tarea y me acosté en mi cama sin hacer nada más. Espero que mañana no sea tan ajetreado como en estos dos últimos días.

 

*Narra Michelle*

 

Era el comienzo de otro día, yo lo comenzaba muy bien, era casi la 1 de la mañana, aunque era domingo así que no me importaba.

Después de mucho pensar me levanté. Bajé a la cocina donde se encontraba mi madre haciendo una gran paella para la comida.

-Buenos días mami.-Le dije frotándome un ojo.

-¿Buenos días? ¿Tú has visto la hora que es? Menos mal que te has despertado, a lo mejor teníamos que llevarte al hospital.-Se burló mi madre, muy chistosa ella.

-Ja ja ja, es que estaba muy cansada por estos días.-Respondí.

-Te creo, ¿qué tal el viernes?-Me preguntó.

-Genial mamá, y si piensas que te voy a contar detalles, te equivocas.

-Yo no he hecho eso, encima que tu padre y yo estuvimos trabajando y tu tía se ofreció para cuidar a tus hermanos, no te pongas así conmigo.-Me regañó.

-Vale, perdón.-La di un beso de reconciliación en su mejilla.

-Anda, no me hagas la pelota, vete al salón con tus hermanos a ver la tele mientras yo preparo la comida.-Yo la hace caso. La di otro besito y salí de la cocina, ni sin antes coger una cajita de galletas, mi estómago no iba a aguantar mucho más.

Entré en el salón de mi casa, muy decorado; ya que mi madre le gustaba mucho, aunque mis hermanos no es que ayudasen.

-¡Hola a los dos!-Exclamé. Mis hermanos ni se inmutaron al verme, estaban demasiado distraídos viendo la tele. Se llamaban Claudia y Andy, tenían 12 años, eso quería decir que eran mellizos. Cogí el mando de la tele  para cambiar de canal pero al segundo los dos me lo arrebataron. Debe de ser que esta vez estaban los dos contra mí, la de veces que se peleaban entre ellos.

Mi madre nos llamó para comer. Estuvimos hablando y yo prácticamente me comí la mitad de la paella que hizo mi madre.

Cuando terminamos todos me escaqueé de recoger la mesa y subí hacia mi habitación. Me apetecía mirar mi móvil, y lo hice. Tenía un mensaje:

 

Hola. Sé que  te parecerá un poco raro, pero hace mucho que no nos vemos y me gustaría quedar contigo, ¿el próximo viernes a las 6 está bien? Contéstame.”

                                                                                                                            Jake, xx.

Dios, pero si era Jake es que me envía el mensaje, todavía no me lo creía. El ruido de mi hermana subiendo las escaleras. Tenía que responderle, aunque ya estaba clara la respuesta a su mensaje. Ahora solo quería que llegase el viernes. Me dejé caer en la cama con una gran sonrisa de oreja a oreja pensando qué podría suceder aquel día.


*Narra Emily*

 

Lunes. Odio los lunes de verdad, pero una se acaba acostumbrando con el paso del tiempo. Tocaba otro día de instituto, y como un buen lunes que era tocaba una estupenda asignatura, Historia.

Tan absorta estaba en mis cosas que no me di cuenta de que era muy tarde.

Estaba lloviendo y tuve que acelerar mi paso para llegar a tiempo. Quedaba justamente un minuto para que cerrasen las puertas del insti. Por suerte llegue a tiempo, el conserje fue
bueno y me dejo pasar. Iba con cinco minutos de retraso, llamé a la puerta, me abrieron y como consecuencia de llegar tarde tuve que ir al despacho del director a que me pusiera una falta por llegar tarde. De verdad, ese profesor me tiene manía.

Después de la divertida clase de Historia, también tuve que aguantar más asignaturas hasta que por fin sonó el timbre que anunciaba que podíamos salir.

Seguía lloviendo, y como yo vivía lejos de mi insti, pedí un taxi que me llevo a mi casa.

Cuando llegué comí con mi familia, hice la tarea que me dieron por la mañana y el resto del tiempo lo aproveché en escuchar música.

Sobre las 5 y cuarto apagué mi ordenador, tenía que ir a trabajar. Era mi segunda semana trabajando en el Starbucks y no quería llegar tarde, la semana anterior lo hice dos de los cuatro días que tenía que ir allí. Lo mejor era que estaba con Alexia.

 

*Narra Alexia*

 

Ya era las 6 y Emily todavía no había venido, siempre llevaba tarde, o la próxima se daba más prisa o fijo que la despedirían. Estaba esperándola en la puerta de la cafetería pero como veo que no venía, decidí entrar. Saludé a mi jefe, Dave, y me puse manos a la obra. A estas horas la verdad es que el Starbucks se estaba llenando de gente, pero yo me las apañaba, aunque si estuviera mi amiga sería mucho mejor.

Al poco rato de empezar subí al piso de arriba a recoger las mesas, eso significaba que en local había mucha gente, pero pude divisar en una mesa alejada una cara muy familiar para mí.
 
 
Hola holitaaaaaaaaaaaaa.
Os dejo otro capítulo, creo que es larguito, o al menos yo he
escrito más que en los otros. Intentaré escribir cuando pueda.
Pooooor favor comentad sobre esta cosa que escribo jajaja ;)
Ah y puede que se cambie el tipo de letra, es que mi ordenador
está tontito.
Hope you like it(: Kisseeeees! 
 
 

 



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